La configuración de las plantillas de los equipos de CS:GO nacional nos ha deparado unos días de movimiento inusual y extraño para todos los actores. Los jugadores, desde luego, nunca habían asistido a algo así. Para muchos de ellos ha sido extraño tener que estar constantemente al teléfono, valorando una propuesta de un lado y otra de otro, pensando en si sabían o no la cantidad que tenían firmada con su club de cláusula. Y los clubes, igual. En cuanto alguien ha decidido remover por un lado, ha habido un inevitable intercambio de piezas que ya veremos a quién termina favoreciendo más.
En ciertos aspectos se ha parecido a lo que estamos acostumbrados a ver en otros deportes, sobre todo porque la operación de x6tence con dos jugadores de Giants ha supuesto un desembolso nunca visto antes por estos lares. Es absolutamente lícito, para eso se establecen las cláusulas. El equipo que pierde jugadores gana dinero para poder invertir en otros jugadores. Lo que ocurre es que ha terminado haciéndose todo con muy poco estilo.
Y sí, me refiero a eso de ir reventando los anuncios de los demás respondiendo a la pataleta de “a mí me has robado, ahora te lo echo en cara”. Las reglas han cambiado en el último año y los clubes que mejor tratan a sus jugadores son los que van a sacar mayores réditos. Porque, seamos sinceros, en el 'Counter' los sueldos mayores en nuestro país se acercan a lo que es un salario digno para cualquier trabajador. Cobrar entre 1.500 y 1.800 euros está bien para ir superando tu día a día y poder dedicarte por entero a jugar. Pero hay todavía una gran mayoría con salarios por debajo, y mucho, de esas cifras. De ahora en adelante, hay que ofrecer una serie de condiciones que hagan sentir al jugador un aprecio y un cariño; que le hagan pensar que va hay cosas que no se pagan con dinero.
Es tarea de los clubes fomentar el aprecio del jugador por los colores, por la camiseta. Y eso se hace cuidando detalles. ¿Que tiene dificultades con su ordenador? Ahí estamos para solucionarlo. ¿Problemas en su vida personal? Toca hacerle sentirse arropado. Y así, cuando llegue otro equipo, no se te irá por una diferencia de 300 euros al mes. Sólo se irá con una oferta realmente fuerte y de esas que son imposibles de rechazar.
Claro, que todo esto de nada vale si hay ciertos jugadores que sólo miran el dinero. Es un craso error. Os lo dice alguien que también vive de algo vocacional, en lo que los sueldos no te enriquecen precisamente y que en alguna ocasión ha aceptado ofertas en base a los proyectos, perdiendo o no ganando más que en el trabajo precedente. Está claro que no siempre merece la pena, pero la identificación, el saber que tu trabajo también fortalece a un grupo dentro de la sociedad, es un intangible importante.
Hay nuevas reglas, pero hay que adaptarse a ellas, no negarlas y mantener las mismas actitudes que hasta ahora. A los cambios se responde con cambios, porque a la larga no nos va a quedar otra opción.