¿Qué ha pasado en la LCS? Peligra la región y podría desaparecer en Worlds 2023
La LCS atraviesa su peor momento de la historia tras diversos problemas surgidos entre organizaciones, jugadores y Riot Games, lo que han provocado huelgas y cruce de comunicados y amenazas. En las próximas 2 semanas se debería solucionar todo.
Hace algo más de un mes ya contábamos que los esports en Norteamérica se estaban tambaleando, concretamente en League of Legends, ya que dos de las organizaciones históricas más importantes podrían desaparecer.
CLG y TSM han pasado de ser clubes saneados y económicamente viables a convertirse en problemas financieros para sus dueños. CLG ya ha caído y TSM podría ser la siguiente organización en hacerlo.
El terremoto sigue activo en NA y ahora es la LCS la que está en una vorágine de problemas y polémicas que no tiene precedentes, ya que la liga no solo se ha aplazado dos semanas, sino que podría desaparecer en verano y no estar en Worlds 2023.
¿Qué ha pasado en la LCS?
Todo empieza con la NACL (NA Challengers League), competición que sirve de 2ª división en la LCS para que las organizaciones tengan un sistema de academias para contratar jóvenes talentos y formarlos, algo que ya pasa en la LPL o la LCK.
Sin embargo, no solo no ha funcionado, sino que 7 de las 10 organizaciones presentes han decidido renunciar a esta competición, pidiendo a Riot Games que quiten esta liga porque tienen problemas financieros.
Riot accedió a ello y la LCSPA (Asociación de jugadores de la LCS) han entrado en cólera, provocando protestas y huelgas confirmadas por la decisión de Riot Games, ya que creen que si hacen esto la escena de NA va a desaparecer.
El motivo: el 50% de los jugadores actuales de LCS han pasado por la NACL, por lo que sí, funciona y sirve para ganar experiencia y repercusión, por lo que eliminar este peldaño competitivo sería mortal para la LCS.
La reacción de Riot Games gustó todavía menos a la LCSPA: decidieron eliminar el mínimo de ELO en ranked para entrar a la LCS, facilitando a los equipos fichar a cualquier jugador, saboteando las huelgas.
Los salarios y las condiciones: otro problema en la LCS
Distintos reportes de LCS Eevee y Leader Grev han confirmado que los equipos de LCS han recortado notablemente los salarios de los jugadores, confirmando además que el coste de una organización para mantener un equipo de NACL era de 1 millón al año.
La última respuesta de Riot la ha dado Naz Aletaha, responsable de LoLesports, confirmando que ante todos los problemas surgidos van a retrasar el arranque de LCS por dos semanas y van a dar 300.000$ adicionales a la NACL.
"Hemos decidido en última instancia (posiblemente tras no encontrar reemplazos después de permitir fichajes de última hora, que compita pakito24 en remoto o incentivar que se le pagase más a los esquiroles) que no tener a los mejores competidores en el escenario no es aceptable". pic.twitter.com/KhGoo66Zja
— Fernando Cardenete (@fercardenete) May 31, 2023
Además se confirma la peor de las noticias para la LCS: la región podría desaparecer en verano y no competir en Worlds 2023 por primera vez en más de década, suceso histórico.
En el comunicado se añade también una conversación entre ambas partes, ya que la LCSPA pide un sistema de ascenso/descenso para mantener la integridad competitiva, cambiando el franquiciado en cierto modo.
El problema, en resumen, reside en los equipos de LCS que no tienen financiación para mantener un roster, ya sea por los altos salarios, por las ayudas insuficientes o porque el LoL en NA no tiene el suficiente tirón.
Los equipos de Norteamérica no han aprovechado los equipos academia, ya que en la gran mayoría de casos no había talentos jóvenes, sino jugadores veteranos que bajaban y subían del primer equipo según los resultados.
Algunos conjuntos como Cloud9 o FlyQuest sí que han aprovechado esto, con jugadores como Blaber o Winsome que no solo son talentos puros, sino jugadores franquicia para ambos clubes.
Habrá que ver qué ocurre de aquí a dos semanas, pues la LCS se tambalea y los esports en Norteamérica miran con recelo lo que está ocurriendo mientras en otras regiones todo parece ir bien.