¿Se puede acabar con la toxicidad en las redes sociales y en los esports?
North, el equipo de deportes electrónicos propiedad del FC Copenhague, publicó el pasado lunes un tuit en el que recogía algunos comentarios cargados de odio y con el que hacía un llamamiento a la necesidad de parar ese tipo de comportamientos.
Hey CS:GO community,We have something we need to talk about.This is not okay. - Not to us - Not to our players- Not to our opponents- Not to TOs- Not to casters- Not to your own opponents- Not to ANYONE.We need to stop this as a community, because THIS IS NOT okay! pic.twitter.com/y0McTuJio0
— North (@TheNorthIsHere) 21 de enero de 2019
Como resultado, no fueron pocos los agentes del sector —clubes, jugadores y organizaciones— que decidieron sumarse mediante el hashtag "#StopToxicity" o, simplemente, con mensajes apoyando a North.
Desde Movistar eSports hemos querido intentar esclarecer el impacto real que tienen estos comentarios sobre las personas que los reciben y hemos hablado con dos figuras relevantes de la escena española, Lucas Rojo —entrenador en Team Queso— y Cristian 'Future' Duarte —excomentarista de la LVP—, acerca de los haters.
Lucas Rojo (LR): "Los primeros siempre te afectan, por supuesto. La verdad es que sienta mal, crees que lo estás haciendo bien, o todo lo mejor que sabes, y ver que a alguien no le gusta o no lo expresa de la forma que a ti te gustaría te duele".
Future (F): "La verdad es que nunca he tenido muchos comentarios negativos, aunque siempre haya alguno. Nunca me han afectado mucho, trataba de ver el feedback constructivo que podía encontrar en los VODS de YouTube o en Twitter para intentar perfilar un poco mi estilo".
LR: "Lo primero es que el anonimato es gratis y desde tu casa, tranquilo, se pueden decir muchas cosas a las que tú no le das importancia y puede que al resto de personas les moleste".
F: "Bueno, creo que son muchos factores, pero uno clave es el anonimato. Nadie insulta a ningún comentarista por la calle y creo que el hecho de gozar de completa impunidad es lo que motiva a la gente a hacer ciertos comentarios".
LR: "Sí, más que afectar menos diría que aprendes a lidiar con ello, a relativizarlo todo un poco. Aprendes a entender que el hate es mero desconocimiento o frustración hacia lo que haces. Entiendes a qué le debes prestar importancia y a qué no".
F: "Yo creo que sí. Como ya digo nunca me han afectado especialmente, pero sí es cierto que ahora los omito totalmente, sé que a mucha gente le gusta mi trabajo y prefiero contestar a los mensajes positivos que a los negativos, aunque resalten más".
LR: "A día de hoy, ya no. Antes sí, me frustraba mucho, le daba demasiada importancia. Ahora cojo ese hate y lo uso como combustible en mi día a día. Diría que ahora incluso me gusta".
F: "No debería repercutir en tu forma de trabajar, solo lo debería hacer el feedback constructivo".
LR: "Creo que no hace falta luchar, ya que no va a cambiar nada. Creo que tienes que aceptarlo, las redes sociales tienen ese poder; puedes movilizar a masas, pero dentro de esas masas vas a tener gente que te odie. Ha pasado toda la vida, solo que ahora se puede expresar directamente a las personas que tienen ese alcance.
"Antes no podías ir a cualquier modelo y escribirle un mensaje que le apareciera directamente en su dispositivo móvil, no tenías esa interacción con tus fans.
"Creo que hay que entenderlo y aceptarlo. La gente se frustra o se enfada por lo que haces, pero no creo que haya que luchar contra la toxicidad, lo veo como algo normal, silencias (nunca block) y sigues con tu vida, es fácil una vez lo entiendes".
F: "Creo que la mejor forma de luchar contra ello es hacer ver que nosotros somos personas también, que tenemos malos días y, sobre todo, intentar ignorarlo para centrarse en las cosas que de verdad importan".