Museo OXO Madrid: los videojuegos dan para una galería de arte
Con el mismo modelo de su hermano en Málaga, la organización abre un espacio dedicado a los gourmets del ocio electrónico, en un magnífico espacio que repasa la historia del sector con mucho cariño.
El Museo OXO de Madrid es tan nuevo que todavía huele a pintura. Y eso que hablamos de un edificio centenario en el corazón mismo de la capital, a pocos metros de Callao y donde se pueden oír perfectamente las campanadas de la Puerta del Sol. “Hemos intentado defender la cultura y el arte del videojuego dándole el espacio que merece”, decía en su inauguración Santiago Bustamante, director cultural del museo en el que tanto mimo han puesto.
Son 1600 metros cuadrados de consolas, mandos, recreativas, merchandising y figuras a tamaño real de personajes perfectamente reconocibles en el folclore tradicional del sector, pero con guiños a la modernidad de una industria siempre cambiante. Los neones de Street Fighter se combinan con elementos de Death Stranding en una instalación más propia del Vaticano de lo que te esperas de una, digamos, galería de arte digital.
En esta especie de pinacoteca del octavo arte hay instalaciones curiosísimas, como una columna formada de carcasas de consolas clásicas salpicadas por periféricos y juegos donados por streamers como Illojuan o Willyrex, donde por supuesto caben todas las marcas existentes y extintas de los videojuegos. Destaca, eso sí, una exposición dedicada a los 30 años de PlayStation, muy personalizada con los hitos de la niña bonita de Sony.
Al OXO no se viene solo a admirar, puesto que la naturaleza de los videojuegos es eminentemente interactiva. No dejes de probar el rarísimo (por escaso) simulador de Star Wars en su versión arcade más lujosa, o los muebles clásicos de francotiradores o juegos de lucha. No todos los aficionados han podido disfrutar de aquella época en la que las referencias tecnológicas costaban entre 25 pesetas y un euro por partida, y desde luego es algo que llama la atención a cualquier visitante, ya sea por nostalgia o novedad.
El centro está patrocinado en parte por la Diputación de Málaga, y el presidente de la misma, José Francisco Salado, fue uno de los encargados de presentar las virtudes del OXO. Según sus datos, más de 120.000 personas visitaron las instalaciones del museo en Málaga, el segundo más visitado de la región andaluza solo por detrás del de Picasso. Entre la privilegiada ubicación y lo llamativo de su oferta, no descartes que repitan éxito en la sucursal madrileña.
