El último cartucho para recuperar el esplendor de otros años fue un tiro al aire: los viewers dieron la espalda a los premios y no acudieron en masa.
El pasado viernes 16 de febrero tuvo lugar en Andorra la tercera edición de los Premios ESLAND. La ceremonia arrastró varios problemas hasta el día de su celebración que no contribuyeron a que los espectadores acudieran en masa como en años anteriores.
La nieve y las temperaturas gélidas fueron utilizados como principal reclamo por la organización para dotar a los ESLAND del color blanco característico del país en invierno. Todo era parte de una débil estructura que tuvo su primer revés con las ausencias anunciadas.
El país de los Pirineos tiene mucho que ofrecer. Clau Bunny, creadora de contenido andorrana, nos lo contó en directo en nuestra previa, pero TheGrefg decidió centralizar sus esfuerzos únicamente en ese aspecto. De hecho, la alfombra blanca original consistía en una fiesta privada en la montaña.
Puede que haya creadores de contenido que no acudieran a los ESLAND por las bajas temperaturas, pero es una excusa tan frágil que no puede ser tomada en serio. Lo mismo ocurre en el lado de la organización. El tiempo andorrano no puede ser esgrimido para justificar las ausencias.
Las bajas de streamers importantes fueron básicamente porque ninguno de ellos estaba interesado en asistir. La distancia, el ego o las fobias personales fueron impedimentos mucho más importantes que las bajas temperaturas. Aunque el principal punto de fricción es que la comunidad está a punto de estallar por los aires. Españoles y latinoamericanos. Latinoamericanos y españoles. Ojalá nos equivoquemos, pero estamos asistiendo a una ruptura con pocos visos de recuperación.
Todas estas guerras, ausencias y confrontaciones no hacen que los ESLAND sean un evento apetecible para seguir en directo. La tercera edición ha sufrido una caída vertiginosa de espectadores y ha sido la gala menos vista de toda la historia con una gran diferencia de un año a otro.
El primer año, todavía con el COVID influyendo en nuestro día a día, más de seiscientos mil espectadores de media vieron en Twitch la ceremonia. Se llegó incluso a superar con creces el millón de espectadores en el pico más alto. El segundo año fue todavía mejor. México superó todas las expectativas y consiguió reunir a 1,4 millones de espectadores de media, llegando a rozar los 1,8 millones de pico.
Con todo lo ocurrido este año, la bajada de viewers era más que previsible. No hay que olvidar también que Twitch se consume menos que hace un año. No todo va a ser culpa de TheGrefg, la organización y de los propios streamers. Con todo en la mezcladora, los datos han sido realmente preocupantes.
La media de espectadores de la tercera edición se ha quedado en 256 979, muy por debajo de la primera y segunda edición. El pico máximo de audiencia se ha quedado en 408 122 viewers. La mitad de espectadores máximos con respecto al primer año, siendo muy bondadosos con el cálculo, y la pérdida de casi un 80% con respecto al pico máximo de la gala de México.
Los ESLAND de 2024 han tenido también emisión en directo en YouTube. La gala se emitió en multistreaming, aunque la audiencia cosechada no llega para maquillar el resultado. La audiencia media en la plataforma de Google fue de 45,5K viewers, mientras que el pico máximo se quedó tan solo en 74,4K.
En definitiva, fueron unos premios desangelados. Fríos en todos los sentidos. La propia gala no ayudó a pesar de la creencia interna de conseguir un buen ritmo. No nos engañemos. Nada más lejos de la realidad. Fue una ceremonia lenta y tediosa. Los vídeos de presentación de los nominados duraron largos minutos. Si el ritmo ya era lento de por sí, estas presentaciones lo rompían por completo. Las actuaciones tampoco ayudaron. Lo de Estopa y Auron fue lo único memorable, pero también sirvió de resumen: no es necesario parar la gala para colocar dos sillas en el escenario.