Revenant te enseña a no ponerte delante de un cañón / Twitch Revenant

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KNekro y Revenant, dos "marines espaciales" muy bien coordinados

La mítica pareja del mundo gamer se juntó de nuevo para probar Helldrivers 2 el día de su salida, y la química entre ambos sigue intacta.

Hace poco, a raíz de Hunt & Run, hablábamos de lo mal que suelen salir los intentos de trasladar una película a un videojuego y viceversa. Son medios muy diferentes entre sí y eso dificulta mucho que el resultado final se mantenga fiel a la obra original. Pero hay algunos casos en los que las desarrolladoras simplemente toman ideas de un producto cinematográfico para hacer “el juego no oficial”, y ese parece ser el caso de Starship Troopers y la saga Helldrivers.

La sátira bélica dirigida por Paul Verhoeven (quien también nos ha dejado otras joyas de la ciencia ficción como Desafío Total o Robocop) fue sin duda una fuente de inspiración para la gente de Arrowhead Game Studios a la hora de hacer el primer Helldrivers hace 9 años, un shoot 'em up con perspectiva isométrica.

Para su secuela, que ya está a la venta, la desarrolladora ha decidido cambiar la posición de la cámara (es un juego de disparos en tercera persona) pero ese tono paródico y antimilitarista se mantiene intacto, tal y como ya se vio cuando fue presentado en mayo del año pasado.

Durante estos ocho meses el hype no ha hecho más que aumentar, o eso se puede deducir por unas ventas en Steam que han superado incluso las de Palworld. El tirón del juego en Twitch, sin embargo, no está siendo tan alto y ayer sólo lo pudimos ver en los canales de los auténticos amantes de la acción cooperativa como son Revenant y KNekro.

La pareja de streamers y amigos desde hace años mostraron las virtudes de este Hellriders 2, a parte de muchos momentos divertidos fruto de la forma en la que ambos se complementan. Uno tiene por costumbre no tomarse nada demasiado en serio, el otro es conocido por su facilidad para “tiltearse”, y juntos hacen una mezcla explosiva de la que nuestro Clip del Día es un ejemplo clarísimo.