El evento de Róterdam refuerza la imagen de diversidad y tolerancia de la plataforma morada, y Twitch no parece preocupada por la competencia de Kick a nivel global.
Una de las mejores cosas que tiene viajar es ver tu rutina con perspectiva. Solemos pensar que el sector español de la creación de contenido es un referente ya solo por sus números, pero las tendencias, polémicas y noticias que habitualmente cubrimos con Twitch no dejan de ser datos locales que afectan anecdóticamente al devenir de la plataforma. TwitchCon 2024 ha sido un recordatorio perfecto de esta obviedad.
Es la primera vez que el evento llega a Róterdam (Países Bajos) y el shock cultural es importante: solo una persona entre las docenas de visitantes con los que hemos hablado ubicaba a streamers españoles de primera línea. Por un lado es comprensible por el tema del idioma, pero sorprende que pese a ostentar récords y reconocimientos internacionales solo un porcentaje mínimo haya oído hablar de gente como Ibai.
La gira europea que se marcó Dan Clancy, consejero delegado de Twitch, visitando streamers de todos los tamaños le ha dejado muy tranquilo sobre el futuro de la compañía, según expresaba en la ceremonia de inauguración. Y pese a que es lo esperable en una cita así, Róterdam parece darle la razón en su optimismo.
El rango de edad de los aficionados que se han desplazado a TwitchCon oscila entre los adolescentes y cincuentones, con una visible variedad tanto de intereses como de manera de entender la creación de contenido. Músicos, aficionados al ajedrez, al gaming, a las cartas, gastronomía, humor, al movimiento drag, arquitectura, ilustración… una inabarcable enumeración de un ambiente festivo donde, como dice mi compañero Víctor Ayora, los asistentes y streamers parecen mostrar su personalidad más auténtica y además sentirse perfectamente integrados. Se respira autenticidad.
Llamativo el hecho de que España está muy poco representada tanto por streamers como por asistentes. Ni el idioma ni la distancia parecen excusa, dado que hay mexicanos y venezolanos que "no podían perderse" la cita. "Sí han venido unos cuantos", señala Ignacio Estanga, vicepresidente de partnerships para LATAM e Iberia, "pero si faltan nombres más grandes es porque saben que en eventos cerca de casa van a estar menos tranquilos que en una TwitchCon norteamericana". Buena explicación, ¿pero y si los amagos de irse a Kick y tantas quejas sobre el estado actual de Twitch han pesado en su decisión?
"Si les llega una oferta económica importante, deberían aceptarla sin dudar", dice Mike Minton, el jefe de monetización de Twitch, sobre la supuesta amenaza de Kick. "La competencia es sana en nuestro sector, va bien que haya variedad", añade, consciente de que en su plataforma existe de sobra y la abrazan con fuerza. No hay más que ver a Dan Clancy mezclándose como uno más y paseando tranquilamente en un IRL por la feria sin que mucha gente se le acerque o interrumpa. Es muy posible que, como pasa con Ibai, el público no sepa quién es. Ni le interese, que el mundo es muchísimo más grande de lo que habitualmente percibimos.