"No eres tú, soy yo". Eso es lo que debería pensar todo jugador de Fortnite cuando no lo hace bien en una partida. Pero lamentablemente no es así.
De pequeño me gustaban los piratas, jugaba con los LEGO y recreaba batallas épicas en las casas de mis amigos, donde nos enzarzábamos en enfrentamientos uno contra uno para ver quién se hacía con el navío del contrincante. Como fan de los piratas, siempre me ha gustado Jack Sparrow, perdón, Capitán Jack Sparrow. Pues cuando vi una de las películas de la mítica saga de Piratas del Caribe descubrí, entre una de las innumerables frases del capitán, la mentalidad ganadora.
Y es que Jack dijo: "El problema no es el problema. El problema es la actitud frente al problema".
Si la analizamos bien, entendemos perfectamente lo que quiere decir Sparrow. El problema es cómo afrontamos lo que tenemos delante, nada más. Porque en realidad problemas va a haber siempre, lo que faltan son las soluciones. Y eso es, precisamente, el problema de la comunidad de Fortnite en España.
Nuestro problema.
Creemos que Epic es el problema, o que no tenemos customs, o incluso llegamos a pensar que las rankeds (popups) son el problema.
O los aviones, o los RPG. O la Deagle.
El problema no es el problema. El problema es la actitud frente al problema.
Creo que falta autocrítica, y creo que falta valorar lo que tenemos. Estamos en la mejor época del Fortnite competitivo, tenemos rankeds, customs y quién sabe lo que está por venir. Es el esport que más dinero pone para los profesionales, torneos casi cada fin de semana con un millón de dólares a repartir. Tenemos mucha suerte de poder vivir esto.
Pero es cierto que es mejorable, Epic tiene mucho que aprender, lo está haciendo y lo está corrigiendo. Poco a poco. A veces demasiado.
Pero también vamos demasiado deprisa, queremos todo ya, lo queremos como a nosotros nos gusta y en una bandeja de plata. Queremos jugar a nuestra manera, no como quiere la desarrolladora del juego, que te permite competir y disfrutar de esta maravillosa experiencia, de la tuya. Y solo vale la tuya.
Más allá de nuestro ombligo hay civilización, carreteras, puentes y montañas. Montañas de dinero, a las que muchas veces no optamos, no por nuestras manos y nuestra habilidad mecánica, sino por nuestra mentalidad, nuestra falta de enfoque, nuestra falta de perspectiva.
Epic quiere incentivar las kills, el espectáculo, que la persona que está viendo desde casa no se aburra. ¿No es eso lo que buscan los esports? ¿El entretenimiento? ¿El que cientos de personas nos vean desde casa? ¿Cómo pretendemos que suceda eso si el juego es aburrido de ver?
Me surgen millones de preguntas, y los jugadores de Fortnite tienen pocas respuestas y menos soluciones.
Llorar está bien, pero, antes de gastar agua en lágrimas, preferiría gastarla en sudor. Sudor que me pueda llevar a alcanzar mi meta, a ser el mejor. A ganar.
Porque creo que el deseo de todos es ganar, pero a veces nosotros mismos somos nuestro freno, somos lo que nos delimita constantemente, somos nuestro techo. Y a eso hay que ponerle solución.
Es sencillo, hay que hacer un ejercicio de humildad, mirarte al espejo y hablar desde el corazón.
No eres tú Epic, soy yo.