El intruso

La moda de los tiempos, o las necesidades de los mismos, nos están llevando a la tendencia contraria pero no hay nada que a un periodista le aporte más que estar presente en los lugares en los que las cosas ocurren. Alguna vez tenía que ser y mi primer evento presencial en este sentido fue la final de la ESL Masters de CS:GO.

En la etapa de mi vida en que cubría el fútbol sala, me encantaba llegar a los pabellones con al menos una hora de antelación. Pisar la cancha, saludar a los entrenadores, ver las caras de los jugadores e intentar extraer sus sensaciones y sus pensamientos a través de sus gestos. Era la forma en la que uno mismo se inyectaba la dosis de pasión necesaria para estar a la altura. En el plató que ESL dispuso para estas finales se respiraba precisamente eso. La interacción con los jugadores era constante y la cercanía entre público y estrado hacía que cualquiera de nosotros pudiéramos sentirnos como parte del 'roster'.

De esta forma, Giants salpicaba mientras jugaba, contagiaba una energía positiva de equipo capaz de apoyarse, de partes de un todo perfectamente ensambladas. Tanto que daba igual el idioma, porque el danés Ow igual soltaba un “nice guys!”, que un “¡vamos!” chocando las manos con el fogoso Ovidio. Era tal el estado de euforia que Torpe, al pasar al lado de la zona reservada para los casters, dejó caer un “voy como una moto” como definición gráfica del estado de los suyos. Mientras, en Baskonia el constante inconformismo de Psycko era patente. Bronca a sus compañeros mientras recogían los equipos tras la primera derrota, enfados evidentes cada vez que algo no salía y respeto máximo cuando el 'IGL' Drifking le pidió silencio. Es puro nervio el gallego, aunque esto parezca una paradoja.

Pero sin duda, los mejores momentos llegaban cuando x6tence entraba en escena. Los alienígenas despiertan pasiones y las pasiones nunca son neutras. Es todo un espectáculo ver cómo manejan los momentos de partido en los que, mientras ganan rondas, pretenden mermar la capacidad del rival dentro y fuera del mapa. Constantes gritos, constantes desafíos a voces. Kairi y FlipiN son los que más se lanzan, pero se me quedaron grabadas las palabras de SOKER cuando mejor estaban ellos y Giants empezaba en la ronda de ganadores. “¡Esto no es caché!”, gritó bien alto. Y no lo era, no. Tampoco nada era lo mismo para ellos el domingo, con KPI enfrente en la 'semi'. Celebraron ruidosamente su inicio, cosa que picó sobremanera a sus rivales. Y claro, cuando KPI iba aplastando cuidadosamente todas las ilusiones de los x6 en un segundo mapa casi perfecto, el silencio se apoderó de ellos igual que las sonrisas irónicas de cierta parte del público, o las lágrimas de los ojos de un jovencísimo 'fiel' de FlipiN, que pedía al cielo que su ídolo no cayese.

Las energías de la victoria y de la derrota, la incredulidad de EasTor ante la pregunta de qué creía que había fallado; los nervios de principiantes de los Riders, que se dejaban llevar en la derrota sin siquiera pedir una pausa para comunicarse algo entre ellos. Todo eso se percibe estando allí, es la magia de vivir las cosas en primera persona. Es el gran privilegio del periodista, cronista de lo que sea que alguien esté dispuesto a vivir y no pueda. La gran responsabilidad de una profesión propia de voyeristas que viven del brillo que desprenden los protagonistas en sus momentos más íntimos.

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