Industria | Entrevista a Pep Sánchez, fundador de MeriStation
"Nunca pensé en esto como un negocio"En los años sesenta, la ley de Moore enunció que cada dos años aproximadamente se duplica la capacidad de transistores en un procesador. El aumento de la potencia es algo que hemos podido apreciar en los videojuegos, cuya tecnología ha evolucionado desde la época de las consolas de 32 bits de manera sorprendente. Pep Sánchez, fundador y consejero delegado de MeriStation.com, ha sido testigo excepcional del crecimiento del ocio electrónico en nuestro país, acompañando el gigante salto de consolas, ordenadores, tarjetas gráficas y por supuesto videojuegos durante dos décadas. Con los veinte años recién cumplidos, MeriStation se ha confirmado como el portal de videojuegos en castellano más visitado del planeta, además de vivir de primera mano numerosas revoluciones técnicas. Aprovechamos esta celebración para hablar con él sobre el pasado, presente y futuro del sector.
¿De dónde viene el nombre de MeriStation?
Es una historia larga. Esto parte del año 92; mis padres tenían un restaurante que se llamaba Can Meri en Llagostera, y fruto de la crisis de la época el restaurante empezó a ir mal. Un poco para ayudar al negocio familiar, convertí uno de los salones en una cafetería con ordenadores conectados a internet. Estoy hablando del año 96, y todo iba con módem, no existía el RDSI ni tarifas planas de conexión. Lo que poníamos en este espacio eran juegos nuevos que me mandaban las compañías antes de lanzarlos, para que los probáramos.
La opinión que sacábamos después de un fin de semana jugando la publicábamos en la página web de Can Meri. Esto coincidió con que mi mejor amigo se había comprado la PlayStation, y yo era más de PC. De hecho, en la cafetería monté un ordenador muy potente para la época, un Pentium con una tarjeta gráfica 3DFX que tuve que importar de EE.UU. Un día vino, y le dije "mira, ya sé que con tu PlayStation estás muy contento, pero estos gráficos, mira este sonido... te presento la MeriStation". Era el ordenador donde probábamos los juegos. La historia a partir de ahí ya la conocéis.
¿Cuáles son para ti los tres momentos más trascendentales para MeriStation?
Para mí, uno de los más importantes es el momento en el que empiezo a recibir mensajes de todo el mundo para decirme que están muy contentos de que haya una buena web de videojuegos en castellano. Es a partir de ahí cuando visualizo que eso puede ser un proyecto interesante. En ningún momento pensé en el negocio, simplemente me parecía algo interesante y bonito. Cuando se pone en marcha y hay gente que se ofrece a colaborar, es un momento muy interesante en nuestra historia.
Otro momento importante fue cuando al cabo de un año Toni Fernández -la persona que estaba colaborando en algunos aspectos técnicos- me dice: "oye, en vez de tener esta dirección de internet tan larga, ¿qué te parece si hacemos un dominio puntocom?" Ése fue un paso que hizo que nos diéramos cuenta de que todo aquello podía ser algo más, porque la web tenía muchas visitas.
El tercer momento clave para mí fue la retransmisión en directo desde Los Ángeles de la feria E3. Fuimos el primer medio español en dar para todo el mundo las conferencias en directo, con una mesa de comentaristas simultánea en un plató. Al mismo tiempo contábamos con enviados especiales y señal de vídeo. Es como cuando ves Eurovisión, pero con las conferencias del E3. Hicimos un poco de historia, ya que las audiencias fueron muy buenas.
Has vivido los primeros pasos de los deportes electrónicos. ¿Pensabas que los eSports podían llegar a donde están hoy?
Pues un poco se intuía. Yo he participado en la Campus Party desde el año 99. Y allí no era ninguna novedad ver competiciones de Quake, World of Warcraft, Command & Conquer... no recuerdo exactamente, pero la movida del juego en red era importante y los premios que se daban por aquel entonces eran muy suculentos. No tanto en dinero como en material aportado por las compañías, pero estaba claro que el dinero se lo iban a gastar en hardware.
Llegados a día de hoy, sigue prometiendo. Tiene cierto paralelismo, pero la pregunta es ¿cuándo va a despegar? Yo lo que sí veo es mucho revuelo, pero no dónde se va a materializar el fenómeno. ¿Va a ir a más? ¿Se va a quedar en estos eventos de finales que a todos nos impresionan tanto con pabellones llenos? En el día a día es donde le veo yo más dificultad para consolidarse. Tiene toda la pinta de que lo acabará haciendo, pero ya te digo, desde 1999 al 2017 ya ha llovido y ya podía haberse producido ese fenómeno.
Meristation ha sido testigo del auge y caída de numerosos géneros y tecnologías aplicadas al entretenimiento. ¿Cómo ves el futuro de los videojuegos?
Desde mi punto de vista lo que se va a terminar es el mundo de grandes fenómenos, por decirlo de alguna manera. Continuará habiéndolos de manera puntual, gracias a este mundo de oportunidades que nos brinda el mundo digital donde cualquiera se puede convertir en desarrollador desde su casa, con tiempo y talento. Lo que sí creo es que se va a atomizar más.
Llevo muchos años y lo que me estoy dando cuenta es que al final los videojuegos no compiten entre ellos, FIFA no compite contra PES. Lo que hacen es competir con el tiempo de ocio que tiene cada persona. Y en realidad compiten con la música, conciertos, con el tiempo que pasas con los amigos, con las series (que son otro fenómeno)... El tiempo de ocio es el que es. Entre juegos de móviles, los que solo se pueden jugar online, lo que están por Steam, los triple A, los que requieren mucho tiempo para ser competitivo; cada individuo se va a ir adaptando a sus necesidades, y títulos de altísimos presupuestos va a haber cada vez menos porque la gente distribuirá su tiempo en otros tipos de juegos, de aspectos técnicos muy bajos pero muy adictivos. O quizá con un solo título de eSports tiran todo el año.
¿Dónde te gustaría ver a MeriStation en el trigésimo aniversario?
Diez años es mucho tiempo. Cuando empezamos todavía quedaban Master System, había Nintendo 64s, Pentium y la realidad virtual era prehistórica. El tema de la realidad aumentada puede que acabe dando un tirón. No sé, quizá la web será mucho más interactiva, me gustaría pensar que saldrá algo que todavía no soy capaz de imaginar. Decir: "me hicieron una entrevista en 2017 y fui incapaz de decir que esto sería así". Eso sí que me gustaría.