Álex Alguacil es uno de los jugadores más destacados a nivel mundial dentro del circuito competitivo de Pro Evolution Soccer. Durante las últimas finales mundiales de la PES League, celebradas en Barcelona, le invitamos a ponerse un pulsómetro para medir su frecuencia cardiaca en momentos claves del torneo.

Según las mediciones, y teniendo en cuenta su edad y complexión física, se podría decir que el jugador del FC Barcelona para su sección de esports es un tipo bastante tranquilo. No solo por su personalidad, sino que su corazón, que ronda las 75 pulsaciones por minuto en reposo, apenas superaba las 90 momentos antes de comenzar la decisiva competición.

Durante los primeros compases de los partidos fue subiendo hasta una media de 110 latidos, equivalentes a los que tendría durante un trote ligero, y aumentó hasta 133 y 140 en momentos clave como goles en contra y a favor. Una vez asegurada la victoria, su ritmo bajó hasta las 120 ppm, volviendo a los niveles iniciales durante la entrega de premios.

Dada su trayectoria y tras firmar un 2018 casi inmejorable, el corazón de Alguacil bombea la cantidad justa de sangre para alcanzar el éxito. Conservar la calma seguramente le ayudará a levantar nuevos trofeos esta temporada.

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