El intruso

Si 2017 ha sido el año de la entrada de capital externo en los esports, el desembarco de la televisión y la apertura de puertas en los medios generalistas; 2018 nos ofrece un buen montón de incógnitas más que interesantes.

En League of Legends si antes la grieta real estaba entre Oriente y Occidente, ahora de repente el mundo se ha resquebrajado en tres. El nuevo 'meta' creado por la implantación por parte de Riot del sistema de franquicias parece haber cambiado por completo el espectro competitivo. Y cuando se pensaba que la llegada de capital a Norteamérica iba a suponer un desembarco masivo de coreanos, resulta que no, que han optado por birlarle el talento a Europa en muchos sentidos. ¿En qué lugar deja eso a la LCS EU? ¿En qué lugar deja eso al formato competitivo español? ¿Serán capaces ahora los norteamericanos de dar ese salto cualitativo en los Worlds? Son preguntas para las que, seguro, todos tenemos respuestas apriorísticas; pero que hacen de este 2018 un año apasionante.

¿Y qué me decís del Counter-Strike? Porque ahí la lucha SK vs. FaZe está dejando momentos espectaculares. Un equipo hecho a base de talonario siempre despierta recelos, y aunque FaZe aún no se ha estabilizado, sus aspiraciones a ser el rey del mundo son reales. Los brasileños, por su parte, empezaron el año con dudas tras los cambios en el quinteto. Pero en cuanto han encontrado el equilibrio han demostrado ser los actuales números uno. Y, claro, luego está siempre la pregunta de si Virtuspro volverá a ser el que fue o no. Ellos van a marcar algo clave en la historia del juego, que es definir hasta qué edad se puede estar en primera línea de fuego . Son preguntas más que interesantes para el nuevo año. Como saber cuál es el nivel real de los españoles cuando salgan los Movistar Riders a competir por la Mountain Dew League. ¿Han dado un paso adelante los equipos y los jugadores en nuestro país? ¿Habrá alguna vez nivel para que el sueño de Mixwell de componer un equipo por entero español que pueda luchar por entrar en un Major sea factible?

Pasemos a Call of Duty, porque el desembarco del WWII ha supuesto un retorno masivo de jugadores importantes que habían abandonado la comunidad desencantados con los títulos anteriores. Y eso supone que haya una superpoblación de equipos y que las plazas sean las mismas para la CoD World League. ¿Tendrán los equipos españoles capacidad para entrar en ese selecto grupo en algún momento? ¿cómo serán las competiciones regionales que Activision tiene previsto crear?

Son muchas las preguntas para 2018. Venimos de un año en el que muchos juegos han apostado por convertirse en esports, por potenciar el competitivo. ¿Cuáles se quedarán? ¿Podrán, por ejemplo, los 'sim racing' romper la barrera y ser considerados deporte electrónico? ¿El sueño olímpico merece la pena?

Personalmente no tengo clara cuál es la respuesta a ninguna de las preguntas que hasta ahora me he hecho. Lo que sí tengo es ganas de vivir 2018 dentro de los esports y ver si alguna de ellas puede quedar contestada en el próximo mes de diciembre. Aunque hay otra que me preocupa por encima de todas las demás: ¿aguantarán los inversores externos la apuesta por el deporte electrónico o querrán réditos inminentes? Si se aguanta la apuesta, ¿crecerá exponencialmente la comunidad y la calidad de los torneos y los jugadores españoles? Estas dos últimas preguntas son realmente las que más me preocupan.

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