Elon Musk, en una publicada en su perfil de Twitter
Elon Musk, en una publicada en su perfil de Twitter / Elon Musk (Twitter)

Elon Musk, destruye Twitter y no te olvides de los haters

El nuevo propietario de Twitter se ha pasado los últimos días sembrando el caos. Ojalá haya suerte y la red social reviente con todos los haters dentro.

No hay ninguna duda de que el problema de Twitter se llama odio. Elon Musk se ha gastado millones de dólares para comprar la red social, con la misma indiferencia que cuando yo voy al súper del barrio a por una docena de huevos. Pero os voy a hacer un spoiler: Musk no va a ser la salvación de Twitter. Acabará siendo otra cosa o, directamente, morirá —y no honorablemente—.

Aunque parezca que llego a daros la chapa con el villano de turno y sus múltiples ideas/chapuzas que está proponiendo, no es así. No quiero escupir un texto lleno de bilis. Voy a hacer todo lo contrario. Quiero escribir una columna de apoyo a su trabajo. Ojalá siga así.

Este artículo nace a causa de Ibai. Oye, Víctor, ¿qué tiene que ver el gigante noble con Twitter y Elon Musk? Tranquilos, que yo sepa: nada. Sin embargo, se le ocurrió hablar de los ESLAND. El vasco fue tan genuino que decidió renunciar a la candidatura a mejor caster.

Habló de que no se siente un narrador. Lo fue hace unos años. Pero él se dedica a streamear. Hace eventos gigantescos y trabaja entreteniendo en Twitch a sus seguidores. Tiene un equipo de esports. Probablemente le veamos en cotas más altas en el futuro y menos en pantalla. Aunque lo dejó claro: no quiere ser candidato al mejor caster en los premios porque no es un profesional de ello.

En las pocas veces en las que lo hace sigue siendo uno de los mejores. Dio una exhibición en la final de los Worlds este fin de semana. Knekro, Elyoya, Kuentin e Ibai nos trajeron a casa una de las mejores finales del mundial de League of Legends de toda la historia. El vasco volvió a demostrar que, probablemente, es el mejor narrador de esports de nuestro país.

Sin embargo, él hace sus movidas totalmente ajenas. Le pareció injusto optar a estos premios cuando durante todo el año hay casters que se ganan la vida narrando apasionadamente. Os voy a hacer otro spoiler: son realmente extraordinarios todos ellos. A Ibai, por otro lado, le honra el gesto.

Bien, pues resulta que a no todo el mundo le ha parecido bien esta renuncia. ¿Adivináis donde ha habido gente indignada porque Ibai no quiera estar nominado? Evidentemente: en Twitter. Es imposible sacar algo bueno ya de esta red social. Su decadencia es tal que hasta buenos gestos, imposible de darles la vuelta, son criticados.

"No le quites a la gente la posibilidad de votar", expresa un usuario descontento con la decisión de Ibai. Por sus santos pies tiene que estar en las nominaciones. Lo que opine el propio Ibai, qué más da.

"Por favor, no lo votéis en nada". Aquí reconozco que no me queda claro si es un hater de Ibai o si esta persona solo se retuerce en odio porque ha renunciado al premio.

El último ejemplo que voy a poner. Federico, si es que de verdad se llama así, va a seguir votando a Ibai. Da igual lo que piense o diga. Va a votar a su ídolo pero no le va a hacer ni puñetero caso. Porque como argumenta 'sabiamente': "Si el público los elige, por algo es". Todo un filósofo, Federico.

Termino a lo que iba. Querido, Elon —es mentira, pero así parece que le estoy dando bola—. Te escribo para apoyarte en todo lo que estás haciendo en Twitter. Me parece fenomenal que cobres 8 dólares a los que quieran el verificado. Si quieres un consejo: yo seguiría con la idea de los 20 dólares. Así podrás conseguir más rápidamente tu sueño de viajar a Marte —ojalá se quedara allí para siempre—. En cuanto a Twitter, espero que no estalle en mil pedazos. Si lo hace, prométeme algo: llévate a todos los haters contigo y dejadnos en paz. Gracias y un saludo.

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