El nuevo MOBA de Pokémon es una apuesta fresca por el género que promete sonar muy fuerte durante los próximos años por todas sus bondades.
Pokémon UNITE fue anunciado en 2020 tras bastantes especulaciones y, aunque no fue mal recibido, sí dejó un gusto agridulce. El juego llegaba a un mercado muy saturado como el de los MOBA y, además, lo hacía con una propuesta que sobre el papel parecía un poco extraña: capturar puntos de control.
Aunque eran muchas las dudas, ha pasado un año y, tras varias pruebas cerradas —que no se podían ni siquiera grabar— en distintos países, en julio lo tendremos en Nintendo Switch en todo el mundo. Estos días, no obstante, está habiendo una prueba para los jugadores de la eShop japonesa —aquí te contamos cómo puedes acceder hasta el día 26—.
Son muchos los creadores de contenido que se han animado a probarlo en directo y saco una conclusión muy clara: es una sorpresa muy agradable. El juego es dinámico, fácil de entender y bastante agradable de ver para el espectador, un punto muy importante desde el punto de vista del streaming o de cara a su futuro como deporte electrónico.
Entre los puntos a favor, hay que destacar que comienza con un abanico bastante amplio de Pokémon jugables. Son casi una 20 y todos representan perfectamente la esencia de la franquicia, ya que algunos evolucionan al llegar a determinados niveles. No todos lo hacen al mismo nivel, lo que también da ese toque tan característico de Pokémon.
Y lo mejor, sin duda, son las habilidades. Hay muchas en cada uno —aunque solo se pueden llevar dos de forma simultánea— y todas ellas son bastante intuitivas, puesto que se basan en los ataques de los Pokémon y, en general, saben respetar la esencia de cada criatura. Lo mismo pasa con las definitivas, que aquí se llaman movimientos Unite.
Este punto es muy importante si quiere tener futuro como deporte electrónico, puesto que, teniendo en cuenta la popularidad de Pokémon entre público de todas las edades, reduce enormemente las barreras para el espectador, que puede seguir sin demasiada dificultad lo que está sucediendo en las peleas.
Aunque su propuesta, como decía, era un poco extraña sobre el papel, hay que reconocer que funciona bastante bien. De hecho, en la práctica se parece mucho a otros MOBA, ya que tienes que ir avanzando hasta la base enemiga anotando tantos —en lugar de eliminando torres—. Y tiene un punto muy característico: las partidas tienen una duración determinada. Es algo que no sucede en prácticamente ninguno de los grandes MOBA y que tiene mucho potencial de cara a programar retransmisiones.
Si será un deporte electrónico es difícil de decir, entre otras cosas porque la estrategia de Nintendo con sus franquicias no pasa en absoluto por ahí. Pero es divertido, es accesible y se puede jugar gratuitamente desde Nintendo Switch o, después del verano, desde dispositivos móviles, así que no es en absoluto descartable que tengamos un nuevo esport entre las manos.