Faker y su reacción tras perder contra Gen.G reabre el debate de la salud mental en los esports

Decía Miguel Quintana el otro día en referencia a las derrotas de la delegación española en los JJ.OO. de París que ganar es complicadísimo, y que perder es lo normal, y a veces también muy cruel. Una reflexión que, aplicada a cualquier disciplina competitiva, tiene un sentido innegable.

En todos los deportes competitivos existe un solo ganador a ojos del gran público, independientemente de si es un solo individuo o un equipo, ya sea un torneo regular o un evento específico que ocurre anualmente o cada ciertos años.

Faker es un ganador nato, posiblemente el jugador profesional de esports más exitoso de todos los tiempos. El GOAT de League of Legends ha conquistado más de una quincena de títulos, con cuatro Worlds en sus vitrinas y 8 títulos internacionales en su haber.

En los genes de Faker está ganar, alimentados con el paso de los años por su éxito rotundo en su carrera profesional como jugador en T1; lo ha conquistado todo y a sus 28 años sigue compitiendo al más alto nivel, pero con una evidente presión que ha evidenciado en su última derrota en la LCK.

Por respeto al mejor jugador de todos los tiempos, no vamos a compartir el vídeo en el que se provoca daños físicos al caer derrotado ante Gen.G, un equipo que le ha arrebatado 4 finales consecutivas de LCK al T1 de Faker.

La reacción de Faker, jamás antes vista, ha generado un debate en redes sociales sobre la salud mental en los jugadores profesionales de esports, sometidos a una presión inimaginable por ganar y ser los mejores en una modalidad extremadamente difícil.

Ansiedad, estrés y la cultura coreana de sacrificar todo por la victoria

Ver a Faker haciéndose daño cuando lo ha ganado todo como jugador profesional evidencia que hay mucho trabajo por hacer en los esports por la salud mental. Se ha visto una imagen que ha impactado al mundo, un Faker frustrado que no ha sabido canalizar sus emociones al caer frente a Gen.G, su bestia negra.

Ahora, imaginémonos a ese jugador que no ha podido cumplir su sueño de ganar Worlds, de llegar a la LEC o de competir en Superliga en España. Frustración, miedo, estrés, ansiedad o inseguridad ante un destino que no está en tus manos.

El problema de todo esto es cruzar la línea de hacerte daño por perder. T1 contará con una serie de psicólogos y especialistas para tratar a Faker y sus compañeros, pero lo que ha ocurrido es un punto de inflexión para él en su carrera.

No es bueno que haya pasado esto, pero se le puede sacar un punto positivo. Los esports son considerados deporte por muchas personas y es necesario que se trabaje la mentalidad de los jugadores profesionales ante un más que posible fracaso competitivo, pues ganar no es lo normal.

Puede que Faker lo haya ganado todo, pero su gen competitivo es imparable. Ganó Worlds el año pasado, pero que Gen.G esté ganando todas las LCK hace daño en el orgullo de Faker, que necesita ganarlo todo para estar en paz consigo mismo y sus compañeros.

Y puede que todos nosotros tengamos la culpa, llamándole GOAT, el mejor de todos los tiempos, el icono de League of Legends y el más laureado de todos los tiempos, por lo que quizá Faker, en un futuro cercano, deba tomar una decisión difícil en su vida.

Es sabido que muchos jugadores de Corea del Sur lo sacrifican todo para competir al más alto nivel: desde sus estudios, su familia, amigos o hasta entablar una relación sentimental fundamental para el desarrollo de una persona en su juventud.

Y aun así, deciden perseguir su sueño, porque para eso vivimos. Faker servirá de ejemplo siempre, por su tenacidad, su trabajo, sus victorias y también su autolesión física, y eso es lo importante: valorar todo el contexto y ayudarle, tanto a él como a los más desconocidos dentro de este sector.