El gran favorito para ganar el torneo ha vencido a Colombia en la gran final disputada en el estadio de la Juventus con la brillante actuación de Kelvin Oliveira.
Brasil es la primera selección campeona del mundo en la Kings League. La canarinha ha cumplido con su papel de favorita y ha derrotado a Colombia en un partido en el que brilló la estrella de la Kings World Cup Nations, Kelvin Oliveira.
La primera gran oportunidad de la final tuvo la firma esperada. Tan solo habían transcurrido unos segundos de partido cuando Kelvin tuvo el gol en sus botas. El futbolista brasileño se marchó de su defensor, pero su disparo fue despejado por el portero.
Antes de finalizar el escalado, Brasil sufrió un contratiempo inesperado. Una fuerte entrada en el tobillo de Kelvin lo dejó varios minutos renqueante en el campo. El VAR revisó la jugada para determinar si merecía expulsión, pero se decidió continuar el juego sin sanción alguna. El futbolista brasileño se retiró al banquillo con la cabeza baja y evidentes signos de dolor, aunque volvió al campo en el minuto 9 de partido para darlo todo.
En el minuto 10, un posible penalti a favor de Brasil fue desestimado por el árbitro del encuentro. La repetición mostró que el contacto fue mínimo y, además, parecía haber ocurrido fuera del área. El VAR no tenía jurisdicción para intervenir en esta acción.
La final transcurría sin grandes oportunidades. En el fútbol se dice que las finales suelen ser así: igualadas y con pocas ocasiones. Por lo visto, en la Kings League han tomado buena nota de ello, pero Brasil estaba a punto de romper todo en pedacitos.
Sin más oportunidades claras, llegó el minuto 18. Seguíamos sin goles en el marcador, y el momento era uno de los más esperados del partido. Sin embargo, el dado no fue demasiado caprichoso: apareció el número cuatro y, aunque a priori no favorecía a Brasil, Kelvin abrió la lata con un disparo de media distancia que terminó en el fondo de la portería.
Pero, a diferencia de la semifinal contra México, Colombia sorprendió a Brasil antes del descanso. Angellot anotó con una vaselina lejana y escorada cuando el balón parecía perderse por la banda. El primer tiempo finalizó con un 1-1 y dio paso al partido de las leyendas y streamers, una novedad este año que alargaba el descanso de la final.
La segunda parte comenzó con Colombia por delante. La selección latinoamericana utilizó su penalti presidente, y Pelicanger no dudó en convertirlo. Fue otra genialidad de Verdirame para adelantar a su equipo, aunque todavía quedaba todo el segundo tiempo y se le iba a hacer muy largo.
Kelvin volvió a aparecer para empatar la final. Recuperado del golpe sufrido en la primera parte, la estrella de la canarinha superó a Camilo Mena. Hasta ese momento, Kelvin acumulaba 33 goles en 11 partidos durante la Kings. Esa cifra aumentaría aún más en este encuentro.
Con el empate en el marcador, Colombia intentó desplegar su mejor arma, que no es una carta especial, sino su fortaleza defensiva. Había llegado a la gran final gracias a su zaga y, si quería ganar, debía resistir las embestidas brasileñas.
Pero en el minuto 30, llegó uno de los momentos clave de la final: el penalti presidente de Brasil. No estaban Kaká ni Neymar, como se había rumoreado, y los streamers no quisieron asumir la responsabilidad. Kelvin tomó el balón y, fiel a su costumbre, no falló. Brasil se puso de nuevo por delante en el marcador.
Colombia intentó reaccionar con una carta secreta. Aunque no era especialmente llamativa, sirvió para sacar a Kelvin del campo durante cuatro minutos. Faltaba por ver cuál sería el arma secreta de Brasil, y los minutos finales hacían pensar en una carta importante.
Con el reloj marcando el tramo final, los nervios se hicieron presentes. Andreas Vaz y Alexander Rodríguez protagonizaron un rifirrafe que les valió una tarjeta amarilla a ambos, lo que les dejó dos minutos fuera del partido.
En el minuto 37, Brasil jugó su carta secreta. Durante todo el torneo había tenido suerte en la elección de cartas, y en la final ocurrió lo mismo: otro penalti. Kelvin, ya de vuelta en el campo, lanzó la pena máxima con el resultado esperado. Cuarto gol de Brasil y cuarto gol de Kelvin. Colombia debía jugarse todo en el gol doble del minuto 38.
Colombia no tuvo más remedio que lanzarse al ataque, pero no encontró fortuna. Se limitó a disparar desde larga distancia, y sus tiros acababan siempre en las manos del portero o fuera de la portería. En un intento desesperado, jugaron con un jugador de campo como portero, pero Brasil, con Kelvin nuevamente como protagonista, sentenció el partido con un 6-2 final.