Cuando Dragon Ball FighterZ ya no es Dragon Ball

Episodio 145. Nos encontramos en el clímax de un combate magnífico entre Goku y Cell. La tensión se palpa en el ambiente al sentir que nuestro querido protagonista tiene un as en la manga, algo que puede terminar con su enemigo. Pero, en ese instante, Cell desaparece sin dejar rastro. No ha muerto ni ha sido derrotado, y el capítulo termina.

¿Os imagináis esto en un episodio, real, de este magnífico e irreductible anime?

Seguro que no, y por eso no se puede comprender una de las costumbres más tóxicas que azota a la comunidad del aclamado juego de lucha, Dragon Ball FighterZ. Comúnmente conocido como 'tirar del cable', esta práctica se ha convertido en una tendencia algo más que habitual en ciertos usuarios, especialmente en niveles bajos o en determinadas circunstancias. Analizar y exponer el contexto que lleva a una persona a realizar este acto es prácticamente imposible, ya que las causas son muy diversas y no pueden generalizarse. Pero, lo que sí podemos hacer, es afirmar, sin temor a equivocarse, que el juego en sí mismo propicia esta estrategia.

Antes de nada, hay que dejar clara una cosa: El juego sí penaliza al infractor. En términos prácticos, un porcentaje elevado de abandonos genera un color morado en su nombre, indicando que es tendente a hacerlo. El problema, no obstante, radica en la ausencia de premio para la víctima: independientemente del momento en el que este hecho se produzca, el combatiente 'vencedor' no recibe recompensa alguna por su esfuerzo. Sus victorias no aumentan, y sus puntos tampoco. En resumidas cuentas, el combate no se ha producido, y esto genera una serie de circunstancias vergonzantes en un juego que se considera competitivo y que busca, por encima de todo, la equidad entre sus jugadores.

De hecho, en cierto modo se premia al infractor, ya que es cierto que sufre de este estigma y sus consecuencias, pero es más que probable que, a sabiendas de que su contrincante no va a recibir nada a cambio, la sensación de satisfacción sea superior. Más aún cuando, aparentemente, no pierde puntos por ello. Y, por otro lado, tenemos a la víctima, al jugador legal que ha realizado un esfuerzo para llevar ese duelo a buen puerto y que se encuentra, en apenas un par de segundos, en una sucesión de "intentando conectar", con una frustración inmensa.

El motor de la mayoría de juegos, especialmente aquellos enfocados a los esports, es la competición y el afán de superación. Continuar escalando, combatiendo contra rivales mejores y sumergiéndote más y más en los fundamentos del sistema de combate es una experiencia muy satisfactoria. Un servidor juega a Dragon Ball FighterZ y a lo largo de estos meses se ha encontrado con gente muy buena, y con gente muy mala. Con combates fáciles y combates imposibles. Pero siempre he jugado más de una vez con cada rival.

En el primer caso, por considerar que la otra persona puede aprender algo de mi forma de jugar y mejorar en el proceso. Y en el segundo caso justamente por lo contrario, en busca de una mayor técnica o conocimiento de algún personaje. A nadie le gusta perder, pero lo que sí se puede elegir es cómo perder y crecer en el proceso. Forzar una desconexión porque otro rival está jugando mejor que tú te convierte en un verdadero perdedor, y no en un falso héroe que lucha contra los 'muñecos rotos', las mecánicas injustas o el lag.

Pero, como he mencionado antes, buscar las causas resulta imposible más allá de lo expuesto. Lo que no se puede entender, eso sí, es cómo un juego del calado y la repercusión de Dragon Ball FighterZ todavía no ha solucionado estos problemas. Independientemente de sus controvertidos parches de balance, que pueden gustar más o menos, este tipo de mecánicas generan frustración y una posible pérdida de jugadores que, cansados de tener que encontrar hasta tres rivales para sumar una victoria, o de ver como consigue vencer tras haber sido derrotado por el mismo adversario dos veces, sufren esa desconexión y deciden probar suerte en otro juego.

Puede que muchos piensen que quizá no es tan fácil de solucionar. O que ciertos algoritmos o sistemas de puntuación son demasiado difíciles de manipular y evitan un posible cambio. Pero no creo, en mi opinión, que sea algo tan difícil de gestionar por parte de una gran desarrolladora. Para mostrarlo, lo mejor será explicar, en pocos detalles, dos medidas que ayudarían a disuadir a los jugadores de tener este comportamiento o, al menos, endurecer las penas:

• De la misma forma que en otros juegos el abandono o la inactividad (también conocido como afk) se penaliza negativamente, Dragon Ball FighterZ también podría valerse de ello. Está claro que mucha gente puede tener conexiones deficientes o problemas relacionados, pero la repetición constante de desconexiones debería penalizarse con un sistema de prohibiciones temporales. Un día, dos, tres, una semana, etc. A más penalizaciones, más días de castigo. Un mecanismo disuasorio en esencia, pero que, con el tiempo, podría dar lugar a una comunidad más igualitaria y menos tóxica.
• Puntos para el ganador. Si la 'tirada de cable' se produce, el que ha permanecido en el combate gana los puntos y en su casillero se suma una nueva victoria. Este jugador no tiene la culpa de una mala conexión por parte de su oponente, o ser mejor jugador que el rival. La frustración sería mucho menor si los puntos se añadieran, puesto que a efectos prácticos ha ganado el combate y sigue avanzando.

Estas son dos soluciones, a mi juicio, bastante sencillas y compatibles la una con la otra. Empezar por generar esa ganancia de puntos, ante estas situaciones, se antoja vital, y el sistema de sanciones puede contemplarse en un futuro a corto o medio plazo para rebajar la toxicidad de la comunidad.

Dragon Ball FighterZ es un gran juego, con una gran comunidad mundial y multitud de eventos, torneos y grandes jugadores. Y, como tal, se merece un equilibrio digno e igual para todos…

Porque todos queremos ver ese as en la manga de Goku contra Cell.

Iván 'Kendooll' Fernández @Kendooll