Ibai Llanos da un paso más en su carrera profesional. Deja G2 como un buen día decidió abandonar la LVP. Crecimiento. Ambición. En la vida hay que arriesgarse.
El anuncio de la salida de Ibai de G2 Esports fue un acontecimiento importante. De gran calado mediático en nuestro pequeño mundo; replicado en el exterior como si de verdad estuvieran interesados en ello. Quizá algún día lo estén, pero no he venido a hablar de ello.
Estoy aquí para hablar del propio Ibai. El streamer va a coger las maletas y no solo va a abandonar la mansión de G2, sino que además se emancipará para volar en solitario. Aunque quien dice en solitario, dice con sus fieles escuderos y leales amigos (Barbe, Ander y Reven).
Cuando llegó a G2, ahora casi un año, Ocelote sabía que fichaba a alguien excepcional. Con sus diferencias, era prácticamente como mirarse al espejo. Pero Ocelote es sabio y daba por hecho que Ibai no iba a durar demasiado en el club. Fijaos si lo sabía que admite sin tapujos que él hubiera hecho lo mismo.
Si Ibai no fuera como es, podría estar todavía casteando en la LVP. Era la estrella de la fiesta y, aunque no tengo ni idea de cuáles eran sus emolumentos, estaría viviendo humildemente con un buen sueldo, no al alcance de todos.
Si Ibai no tuviera esa ambición, tras dejar la LVP podría haberse limitado a coger las ofertas de narrador deportivo que tenía sobre la mesa. Baloncesto, una aparición en el magnífico 'Colgados del Aro' o, yo qué sé, curling. Ha demostrado sobradamente que puede con todo. Ahí tenía a la vista los aplazados Juegos Olímpicos.
Si Ibai fuera un conformista, no se hubiera marchado de G2. Económicamente no sé si tiene la vida solucionada —poco le debe faltar—, pero se podría haber instaurado en la comodidad del directo diario mientras juega con Auronplay, Courtois o el Kun Agüero. Lo normal que hacemos todos.
Pero Ibai es ambicioso y desea más. Quiere seguir triunfando. Quiere innovar, probar formatos y revolucionar Twitch. Y lo quiere hacer bajo su propia marca. Ibai quiere ser el nuevo Ocelote. Puede lograrlo. Depende de él, de sus amigos y tiene todos los ingredientes para petarlo.