Los esports siguen consolidándose en Japón, un país que, pese a ser referente en el sector de los videojuegos, no ha conseguido desarrollar el ecosistema de los deportes electrónicos debido, entre otras cosas, a barreras legales.
Concretamente, uno de los grandes obstáculos era una ley que limitaba los premios en los torneos a 100 000 yenes, apenas unos 770 euros al cambio. Este límite dificultaba enormemente la posibilidad de que un jugador profesional pudiese vivir en Japón de ello o que jugadores extranjeros viajasen a disputar torneos allí. No obstante, los problemas del sector en Japón van más allá del marco legal y tienen también cierto componente cultural.
En cualquier caso, una vez fue derribada esa barrera, se abrió la puerta a que grandes eventos pudiesen ser organizados en el país nipón, siendo uno de los primeros el Game Party Japan. Además, a comienzos de este año se creó la Japan Esports Union (JeSU), que ha comenzado a expedir licencias de jugadores profesionales.
CAPCOM PRO TOUR
Uno de los puntos de inflexión en este año clave para los deportes electrónicos en Japón será la parada del Capcom Pro Tour en el Tokyo Game Show. El circuito tendrá uno de sus principales torneos en la feria japonesa durante el mes de septiembre en el que, además de repartirse más de 90 000 dólares en premios, los jugadores locales que consigan quedar entre los ocho primeros recibirán una licencia de jugador profesional.
El valor simbólico de esta parada trasciende lo puramente económico o la entrega de licencias, ya que supone que una de las principales compañías del país apueste en serio por los deportes electrónicos dentro de sus fronteras. Que se trate además de un torneo de videojuegos de lucha también es importante, pues es un género muy popular en el país y con grandes estrellas japonesas —dos de los tres jugadores que lideran la clasificación global proceden de allí— a nivel internacional.
Otro gran juego de lucha que tendrá un torneo relevante en Japón esta temporada será Dragon Ball FighterZ. El título desarrollado por Bandai Namco y Arc System Works dotará con cinco mil dólares a cada una de las siete paradas de su World Tour, una de las cuales será en el país asiático. Sin embargo, en el último videojuego de Dragon Ball la entrega de licencias de jugador profesional podría verse limitada al tratarse de una marca registrada. Algo similar pasa con Super Smash Bros, ya que Nintendo no ha querido que participe en el programa de la JeSU.