LEC | Entrevista a Alberto Guerrero, director de esports en Europa para Riot Games
"El modelo competitivo del LoL español va años por delante del resto"
¡Estamos en Róterdam! Riot Games nos da la bienvenida a la ciudad que acogerá las finales de la competición europea más importante de League of Legends, la LEC, y nuestra primera toma de contacto nos la ofrece Alberto Guerrero, director de esports en Europa para Riot Games. El rioter ha abandonado España para ponerse al frente en las oficinas de Berlín —una de las sedes de la empresa— y nos comparte su visión sobre los cambios en el modelo competitivo y los proyectos de futuro de Riot.
—¿Qué te ha motivado a venir a Berlín?
A veces te salen oportunidades en la vida que tienen una parte muy buena y otra que no tanto. Admito que me costó desprenderme de lo que habíamos arrancado hace ya año y medio montando la oficina de Riot Games en España. Era un momento muy dulce y tuve suerte de llegar cuando los rioters desde Dublín, junto con LVP, habían creado un ecosistema muy bueno. Me incorporé, seguimos creciendo… y ahora ocurre una situación similar en Europa. La nueva marca, los equipos, el éxito en los Worlds del año pasado con dos equipos en semifinales y uno en la final… y tengo la oportunidad de sumarme a ello de nuevo. Para alguien que ha estado muchísimos años en el sector —yo empecé en 2001 y estuve hasta 2010, con un parón de unos años—, volver de la mano de Riot Games y League of Legends es, como digo yo, como si fueras mecánico y te llamara Ferrari. No puedo decir que no. Para mí es una motivación y una oportunidad de tener impacto desde Berlín en la escena europea, por lo que no podía haber una opción más atractiva, la verdad.
—En tu opinión, ¿es el modelo de competición español un ejemplo a seguir?
No es mi opinión, lo es y lo estamos exportando. Reino Unido, Francia y Alemania replican también nuestro modelo no solo en cuanto a la SLO, sino también con el circuito amateur que hemos diseñado. University, por ejemplo, también lo están exportando. En España tenemos más de 500 institutos participando en una competición donde se integran los videojuegos en la propia educación de los chavales; creemos que es algo que también seremos capaces de exportar en un futuro. Así que la respuesta es sí, somos un ejemplo. El mejor ejemplo es que el año anterior trece jugadores de España —unos titulares y otros no— pasaron a competir en la LEC.
—¿Cuál es el principal motivo de que España sea un ejemplo?
Que vamos años por delante de los demás, algo que confirman nuestras encuestas. Nos gusta mucho acudir a eventos de esports, lo que se ha convertido en un círculo virtuoso que provoca que haya iniciativas privadas que se interesen en rellenar ese hueco. Por eso tenemos DreamHack, Gamepolis, Gamergy… todos estos eventos se centran en los esports porque ven que es algo demandado. Desde hace muchos años, equipos como Giants, Origen o x6tence vieron esa demanda y pusieron el foco en el sector, consolidando un ecosistema potente y competitivo y, en consecuencia, influyente en el panorama europeo.
—Entonces, ¿por qué no hay ningún equipo español en la LEC?
Podría hacer la broma fácil de que están Origen y G2 Esports, pero no me la vais a comprar. A mí, personalmente, me hubiera gustado ver más equipos españoles en la LEC, claro que sí. Pero existe un límite de equipos y decenas —cercanas a la centena— de aplicaciones. En ese momento yo no participé en la decisión y es un pequeño disgusto para todos, pero lo que tenemos que hacer es seguir trabajando con la mejor escena competitiva nacional que tenemos. Por ejemplo, ganando el European Masters. Vamos a ver si este año puede ser.
—¿Habrá sinergia entre las competiciones españolas y la LEC?
Yo no lo descarto, ya que puede haber cambios en la estructura, ampliaciones en el número de equipos… No hay nada preparado para el año que viene, pero seguro que surgen oportunidades. De todas formas, creo que los objetivos que tenemos que marcarnos no deben ser a corto plazo. Tendemos a compararnos con los deportes tradicionales, que llevan ciento cuarenta años y tardaron cuarenta en hacer el primer campeonato del mundo. Mientras que nosotros, con ocho años de existencia, ya tenemos los Worlds. Yo diría que con un poco de paciencia saldrán oportunidades y las iniciativas españolas podrán formar parte de esa escena europea, seguro.
—¿Cómo valoráis la implantación del nuevo sistema de franquicias?
Nosotros preferimos llamarlo long-term partnership. Que el sistema funcione sin ascensos y descensos no tiene atractivo ni motivación para los equipos de un ecosistema inferior, eso es algo que perdemos. ¿Ganamos suficiente como contrapartida? Creemos que sí y por eso hemos apostado por este modelo. Estamos en una industria todavía muy nueva que necesita sostenibilidad y afianzar los equipos. Si nosotros vamos hacia un modelo en el que premiamos que el equipo que más dinero invierta sea el que tiene más posibilidades de ganar, no es saludable. Por eso tenemos que crear un modelo en el que, aunque no ganes, tenga sentido lo que estás haciendo. Tenemos que promover que el valor del club va más allá de si gana o no. Claro que ese es el último objetivo, pero existen metas previas —darle al fan lo que quiere, conectar con él—, que es lo que queremos cultivar. El modelo long-term partnership ayuda a consolidar esa relación.