TheGrefg, poseedor del streaming más visto de la historia de Twitch, consiguió avergonzar a propios y extraños al frivolizar en un show bochornoso sobre su positivo en COVID.
Es muy complicado, en ocasiones, defender a youtubers y streamers ante las críticas que les llegan. Uno se empeña en decir que los más grandes son hábiles comunicadores y que tras un enorme esfuerzo han llegado hasta donde están.
Me molesta mucho el menosprecio que se les tiene desde ciertos rincones. No fueron pocos los periodistas deportivos que miraron por encima del hombro a Ibai cuando el streamer habló con Piqué o con Sergio Ramos en directo. "No es un periodista y eso no es una entrevista", decían.
Detrás de esas palabras está la envidia. Lo pueden disfrazar ante las cámaras o frente a un micrófono como quieran, pero al final les ha sentado muy mal que futbolistas acudan a Twitch en lugar de a sus programas de televisión o radio.
También me hierve la sangre cuando escucho lo de "ganan dinero jugando al ordenador". Si fuera solo eso, sería muy sencillo para cualquiera. Todos podemos jugar a videojuegos en directo, pero se necesita algo más para triunfar. Una pizca de suerte y grandes cantidades de carisma, entrega y dedicación.
Por eso, siempre que tengo ocasión, defiendo esta profesión con vehemencia si es necesario. Creo en los creadores de contenido y creo en lo que hacen. Sin embargo, a veces tienes que tirar la toalla.
Ayer asistimos a uno de esos momentos en el que pides a la tierra que te trague. Ese instante en el que es imposible encontrar una frase de aliento o defensa y sientes vergüenza ajena.
Nos ha tocado vivir la mayor crisis sanitaria en la época moderna. Nadie estaba preparado para ello y las muertes se cuentan por millones en todo el planeta. Si algunos tienen la sensación de que ha terminado el peligro, spoiler: están muy equivocados.
Me dio pena ver a TheGrefg frivolizar con ello. Siempre me ha parecido un chico inteligente. Guste o no su contenido, sabe manejar bien sus directos y es un maestro creando expectación. Consiguió un espectacular récord en Twitch gracias a ello.
Sin embargo, a veces los creadores patinan gravemente. Lo hizo Grefg de manera escandalosa cuando le pareció divertido hacerse el test de COVID en directo. Creó un show esperpéntico, un espectáculo bochornoso, de un duro momento por el que han pasado millones de personas y del que muchas de ellas no han podido salir. Luces, diversión y cuenta atrás para dar a conocer su positivo de COVID.
El caso además tiene un agravante. Hay claros indicios de que el streamer ya conocía su positivo antes de prender el streaming. Compañeros suyos lo confirmaron antes de conocer lo que estaba sucediendo en directo. No puede valer todo para sacar tajada en Twitch.
No fue un momento divertido de ver. David se hubiera dado cuenta si hubiera tenido un mínimo de responsabilidad social. Ahora los que defendemos la profesión ante sus detractores nos toca empezar de cero de nuevo, aunque nos costará más intentar convencer de lo que se hace en Twitch o YouTube es bueno, visto lo visto.
Solo espero que Grefg reflexione y se dé cuenta de la gravedad de su directo. También espero, por supuesto, que se recupere lo antes posible si se confirma su positivo, y que no tenga síntomas graves. Creer que se ha equivocado no significa desear mal a nadie. Otra cosa que se ha puesto muy de moda en redes, pero de lo que hablaremos en otro momento.