La victoria del esfuerzo
Esta vez quiero hablaros un poco de lo difícil que es gestionar nuestro calendario como jugadores profesionales, dada la carga de partidos de todas las competiciones que disputamos.
A nivel nacional estamos compitiendo tanto en la ESL Masters como en la Superliga Orange, y sólo con estas dos competiciones en activo ya hipotecamos muchísimo tiempo de semana, sobre todo para practicar y entrenar tanto nuevas estrategias como soluciones a los errores. Ambas nos ocupan prácticamente todos los lunes, martes y miércoles, y además de manera contundente, puesto que en estos días se juega en horarios que nos "parten" los entrenamientos.
A estas hay que sumarles la ESEA Main. La jugamos de uno a dos veces oficiales por semana, y para más inri, ahora es época de clasificatorios. Esto hace que también tengamos ocupados los sábados y los domingos, y si con suerte llegas a los clasificatorios cerrados, las jornadas pueden extenderse desde las doce de la mañana hasta las once de la noche, un total de once horas compitiendo con lo que esto acarrea.
Vale, no es dramático y muchos pensaréis que somos o soy un afortunado por vivir esto. Y claro que lo soy, pero una cosa no quita la otra. Existe mucho desgaste psicológico y físico en mantener el mayor nivel en todas estas competiciones, y yo en particular, termino agotado físicamente. La explicación no la tengo muy clara y a veces me sorprende, porque parece que haya jugado dos partidos de fútbol seguidos al terminar. Por cierto, os invito a que interactuéis conmigo si creéis que sabéis la respuesta.
Este último mes está siendo especialmente caótico en cuanto a objetivos y eventos. El otro día, hablando con mi padre sobre los partidos y la situación actual del equipo, fue él mismo quien me dijo: "hijo, estáis perdiendo muchos partidos que no deberíais perder por el desgaste mental que lleváis desde hace semanas". Y tenía más razón que un santo. Os cuento
Muchos sabréis que el mes pasado fuimos a Portugal a competir y que perdimos en la final contra Alientech. Esa misma noche el equipo no durmió porque debía viajar a Málaga para realizar la ‘bootcamp’ previa a la Clash of Nations. Literalmente no dormimos y estuvimos más de 24 horas despiertos para mantener el ritmo, aguantar el sueño, y todo esto habiendo perdido… que todo se magnifica. Si ganas, es mucho más fácil. Ese mismo día tuvimos un partido oficial de ESL Masters, y por más que quisimos e intentamos, fue imposible estar concentrados y evidentemente perdimos, con sus consecuencias. Viendo la repetición del partido, era imposible que eso lo ganáramos, por mucho que lo intentáramos.
Imaginaos que sería para vosotros estar trabajando más de 10 horas diarias, o jornadas de 12h, con un solo objetivo en mente, la Clash Of Nations… ¿os lo imagináis no? Pues de nada sirvió, a pesar de haber empezado muy bien el torneo ganando a un equipazo como Movistar Riders.
No supimos cómo afrontar los siguientes partidos. Y también tengo que dar aquí un poco de "capón" al evento, y cómo único pero, diré que jugamos nuestro primer partido a las once de la mañana y el segundo a las diez de la noche si no recuerdo mal. A todo esto, estuvimos todo el día en el evento mientras que nuestro rival supo o intuyó de algún modo que no jugarían hasta esa hora aproximadamente, y descansaron toda la tarde en el hotel, mientras que nosotros, no. ¿Inexperiencia?... seguro. De todos modos, era Kinguin, un equipo de Major y superior a nosotros.
Y después, el fracaso y la decepción: perdimos contra Panthers, un rival al que deberíamos haber ganado 49 de 50 veces, y cuidado, no lo digo de manera prepotente ni despectiva, siempre hay que tener en cuenta al rival y no menospreciarlo, pero no pudimos ser nosotros mismos y al menos yo nos consideraba superiores. Cosas que pasan.
Todo esto que os cuento no lo digo para excusarme. Soy consciente de qué fue en lo que fallamos y en lo que no, y es por ello que una vez finalizamos el encuentro y estuvimos eliminados, quise animar a mis compañeros a pesar de la derrota y explicarles que esto es algo que pasa de manera natural, pero que ahora más que nunca debemos aprender de este tipo de situaciones. No sé si alguna vez en vuestra carrera o vida habéis tenido derrotas que saben a victoria, yo sí, y esta es una de ellas.