"La mentalidad que usaba jugando al fútbol la he pasado a PES", nos contaba en un ya lejano 2017 nuestro particular Nadal de los simuladores deportivos. Se llama Álex Alguacil y si te fijas en sus frases, no hace especial distinción entre fútbol real y virtual: para él todo es fútbol. Como si se tratara de la típica historia de aficionado que ha llegado a lo más alto, su historia es tan increíble como inusual el medio para alcanzar la cima.
¿Y qué se ve desde arriba? Para empezar, ser el representante en Pro Evolution Soccer (todavía nos cuesta eso de eFootball) del FC Barcelona dentro de la categoría de los deportes electrónicos y codearse con no ya con los mejores jugadores profesionales dentro de su misma disciplina, sino con superestrellas del deporte rey. Pero vayamos al principio.
Si bien seis años de carrera pueden sonar a poco, con la competitividad existente en los esports es un período de tiempo muy respetable. Y más teniendo en cuenta que Álex siempre ha ido a más. Comenzó a participar en torneos regionales de su Andalucía natal en 2013, gracias a la insistencia de un hermano con el que había compartido tantas tardes de fútbol. Un año después de estrenarse en competición, su pericia con el balón (y el mando) le valieron su primera clasificación internacional.
Al ver el despliegue de medios en su debut fuera de nuestras fronteras, su objetivo en los esports estuvo claro. "Mi motivación no era ser el campeón de España, sino poder seguir acudiendo a torneos como este año tras año". Y vaya si lo consiguió: no dejó de practicar ni un día hasta lo que él mismo define el momento más importante de su carrera: la final del campeonato europeo de 2016.
Celebrado en Francia, con un francés jugando en casa como último escollo para llevarse el título, el partido definitivo se alargó hasta los penaltis, esa ruleta que tanto en los estadios como en las consolas todos quieren evitar. Y más si empiezas como él, palmando 2-0 en los primeros compases.
Y quién sabe si por la suerte, la práctica o el destino, Alguacil fue capaz de recomponerse y adivinar por dónde tenía que tirar los cuatro chutes siguientes y por dónde los iba a tirar el rival. Cuatro goles y cuatro paradas que le valieron proclamarse campeón y su primer contrato con un club profesional: Arctic Gaming.
Desde el club de ambientación polar consiguió sus mayores éxitos, donde ya acumulaba premios en Liga PlayStation o PESLeague, y vistiendo el blanquiazul de Arctic conoció a su némesis y eventual mejor amigo. Si seguimos con el paralelismo de Rafa Nadal, el Roger Federer de Alguacil se llama Ettore Giannuzzi, AKA Ettorito.
La fuerte rivalidad entre el precoz jugador italiano y el español desembocó en el mayor éxito deportivo que han conocido ambos: respectivamente campeón y subcampeón del Mundial de PES en 2018, y campeones juntos en el modo cooperativo ese mismo año. Un triunfo que llamó la atención de los despachos del Camp Nou y que acabó con el fichaje de Alguacil por el Barça en noviembre de ese mismo año. De locos.
Haciendo memoria, Alguacil repasa las estrellas que ha conocido gracias a PES: "Piqué, Reus, Rafinha, Trezeguet, Smeichel, Julio César, Hernán Crespo, Karembeu, Kluivert, Mendieta… esos que me vengan a la mente, aunque también he echado unas partidas con Aubameyang o Coutinho".
A pesar de que el competitivo en este 2019 no le ha sonreído del todo al jugador granadino, Alguacil siempre mantiene la misma sonrisa y confianza con la que compite desde el primer día. Veremos si en esta edición de 2020 el integrante del Barça sigue ampliando su palmarés y cosecha más fotos como la que vimos en sus redes sociales.