¡Sartenazo en toda la cara! ¿Es este el héroe que necesitamos?
Los disfraces relacionados con el mundo de los videojuegos son algo cada vez más habitual en fiestas como Halloween o Carnaval. Encima, dependiendo del personaje que elijas, puede servir como arma defensiva. Esto es lo que le ha ocurrido a un hombre que se disfrazó de la temática de PUBG. O al menos es lo que nos quiere hacer creer.
La frase de que algunos héroes no llevan capa parece totalmente cierta. Tenemos a los bomberos, que tan pronto apagan fuegos como salvan gatitos de los árboles; a los médicos, que salvan vidas prácticamente a diario... pero la expresión también engloba a toda la gente que, un día, realizó una acción heroica casi sin querer y por puro instinto.
Esto le ocurrió a Jeffery Dweller en la noche de Halloween. Iba disfrazado con la temática de PUBG, dispuesto a pasar una noche divertida, pero lo que no sabía era lo que le estaba preparando el destino. Y es que, al igual que ocurre en las mejores películas de superhéroes, el azar ha convertido a un chico normal en un auténtico enemigo del crimen.
Este viandante se encontró con una acción violenta, en la que un ladrón encapuchado le quita la bici a otro buen hombre que se resistió todo lo que pudo, más o menos. Al ver, o intuir, lo que estaba ocurriendo se plantó en medio de la calle y le golpeó en la cara con la sartén que llevaba en la mano.
Vale, aquí hay que hacer un pequeño inciso. Hay que tener en cuenta que el señor llevaba este utensilio de comida con motivo de su disfraz, mismo argumento por el que llevaba un casco que le protegía la cara.
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Tras este acontecimiento, Jeffery se ha convertido en un auténtico héroe en la zona; siendo entrevistado por los medios de comunicación que acudieron rápidamente al lugar del suceso, por el robo de una bicicleta en un callejón.
Aunque quizá la historia no sea tan bonita como nos la quieren contar. Hay varios indicios que hacen pensar en que se podría tratar de un montaje. El primero es que la acción se desarrolla de una manera impecable, sin fallo y con un impacto directo y en el momento exacto.
Además, también hay que tener en cuenta que los escenarios son perfectos, apenas hay nada fuera de lugar, pero el audio no es demasiado bueno. Sea verdad o sea mentira, lo cierto es que tenemos una historia curiosa que nos deja como moraleja que hay que salir siempre con una sartén debajo del brazo.
