Werlyb deja el LoL por los loles

En la escena nacional de League of Legends hemos visto raudales de carisma, virtuosos del trashtalk y un sinfín de jugadores que se han ganado un hueco en la memoria de los aficionados. Sin embargo, el puesto más alto del podio se lo tendría que llevar, en mi opinión, Werlyb.

Muy pocos jugadores tienen el talento suficiente para igualar su bravuconería, y ese rasgo no es el que más destaca precisamente en Jorge Casanovas. Pero cuando quiere vacilarte, lo hace como nadie.

Es algo que lleva demostrando en sus redes sociales desde hace años, aunque ni mucho menos empezó así. A su primer evento presencial acudió acompañado por su hermano mayor -también aficionado a la Grieta-, y con solo 15 años su personalidad no era ni la mitad de arrolladora que en la actualidad.

Muy amigo de reírse de sí mismo manteniendo su cara de póker, el Werlyb que conocimos cuando empezaba Movistar eSports tenía muy poco que ver con el que ahora se codea con los influencers gaming de referencia. Era a comienzos de 2017, cuando militaba en las filas del Baskonia, y no sospechaba lo que el League of Legends iba a suponer en su andadura profesional.

"Ojo a este chico", nos decían tanto Axineas como Araneae, dos de sus senpai cuando ya estaba asentado en el mundillo pero todavía no había mostrado todo lo que era capaz de dar de sí mismo.

Entonces no se manejaba tan bien delante de las cámaras como detrás de ellas, mostrando su sentido del humor solo en círculos muy reducidos. La intimidad pública de las redes sociales -donde puedes decir lo que quieras a miles de personas sin interacción directa- era un campo de cultivo perfecto para ser el Werlyb de verdad sin que nadie, paradójicamente, le viera.

En los siete años que ha dedicado cuerpo y alma al juego de Riot la vida le ha cambiado del todo, pero ha sabido administrar a la perfección un alter ego virtual alimentando de manera muy personal sus redes. Nada de chistes exclusivos del sector, ni eso de recluirse al estilo Pepinero: Jorge alimentaba una nutrida red de colegas al mismo tiempo que se mostraba como alguien inquieto y accesible. Un tío normal, que quizá querrías de amigo.

Aumentando la frecuencia de sus streams, el tono era más de chill que de componente didáctico, algo de lo que poquísimos pros pueden presumir. Faker será cojonudo jugando, pero en un directo suyo te puedes morir de narcolepsia. Eso de hablar mucho a cámara se acaba notando.

La transformación del Werlyb que conocí en el Baskonia empezó para mí a cobrar dimensión en otra ocasión en la que coincidimos en Berlín, cuando jugaba para SK Gaming. A diferencia del primer encuentro, Jorge respondía más fluido, no tenía ningún apuro delante de la cámara y cogió el micro para mandar un saludo a los presentadores de The Gaming House con una solvencia que ya quisieran algunos reporteros de televisión 

En Movistar le hemos entrevistado decenas de ocasiones, y quizá por eso no nos habíamos fijado en cómo poco a poco se había convertido en alguien más seguro, profesional y, sobre todo, mucho más divertido de cara al público.

Sus vaciles y crecimiento como creador de contenido han sido tan paulatinos e inteligentes que hasta cuando publicó un libro nadie detectó una rareza en su incursión en el mundo literario. La sensación era más de '¿y por qué no? Total, es Werlyb'.

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A Reven se le escapó en un directo con Ibai que "la nueva casa va a oler mucho más a sexo" con la llegada de Werlyb, un dato que personalmente desconozco pero que dice mucho de la percepción que tiene el público ahora mismo de él: uno más de la pandilla.

Werlyb ha dejado el LoL por los loles, y pese a una trayectoria profesional brillante, es muy probable que salga ganando.