Igor Fraga, campeón del mundo de Gran Turismo Sport

El juego de conducción exclusivo de PlayStation 4, Gran Turismo Sport, busca la elegancia y perfección en todos sus detalles. Durante los dos días que han durado las finales celebradas en el hotel Monte Carlo Bay, en Mónaco, han pasado joyas automovilísticas, un campeón del mundo como Lewis Hamilton, y pilotos de multitud de nacionalidades ansiando levantar las dos coronas que estaban en juego: la de Fabricantes y la de Naciones.

Fabricantes es una competición que lleva meses jugándose online, y cuya prueba final jugaban en este evento los mejores clasificados de cada marca. La prueba final consistía en dar siete vueltas al trazado clásico de Nurbungring, conocido como el Infierno Verde, una pista donde adelantar es sumamente complicado. Se trata de una carrera cooperativa, donde hay que hacer dos relevos para que participen los tres miembros de cada equipo.

El representante español, Coque López, formaba parte del equipo Renault, y desde el principio tenía claro que su elección de vehículo no era la más acertada. "No teníamos un coche competitivo", comentaba el alicantino. "Durante la carrera nos dimos cuenta que estábamos muy por detrás de otras marcas a nivel competitivo, pero aún así hemos podido demostrar que aún con el peor coche de la parrilla tenemos muy buena habilidad al volante".

El equipo ganador fue Lexus, después de una notable actuación de Nissan que, partiendo como uno de los favoritos, quedó relegado a un séptimo puesto por un par de errores clave de su piloto estrella: Igor Fraga.

El domingo llegaba el plato fuerte del fin de semana con la copa de Naciones en juego. Esta sí que era una prueba individual, donde se correrían cuatro circuitos puntuables para dirimir al campeón absoluto. El primero fue un trazado ficticio ambientado en Tokyo, quizá el más parecido al circuito urbano de Mónaco que ahora mismo tiene el juego de Sony.

A los mandos de su Lamborghini Diablo, Coque López fue capaz de remontar seis puestos y acabar en sexto lugar, con una actuación que todo el mundo reconoció como estelar. El brasileño Igor Fraga, sin embargo, impuso su ley de principio a fin, ganando cómodamente en una prueba donde también brilló un compatriota suyo: Adriano Carrazza. Yamanaka, uno de los cuatro representantes japoneses, también dejó un buen sabor de boca entre los aficionados gracias a su audaz conducción, consiguiendo ser bronce en esta primera prueba.

El segundo circuito, Interlagos, volvió a tener como ganador a Fraga, pero no lo tuvo tan fácil como en el primero ya que en los últimos compases tuvo unos momentos tensos con Yamanaka, que costaron el segundo puesto al japonés y que supo aprovechar brillantemente el representante español. Coque se lanzó en el momento justo a atacar, y se llevó una importante ovación del público por la limpieza de su maniobra.

Salir segundo en una carrera era una gran responsabilidad para López en la tercera carrera, y más teniendo en cuenta el trazado donde se disputaba: Monza. El circuito italiano es rapidísimo, y cualquier error en el comienzo dificultaría la recuperación. En un lance de carrera en la primera chicane, y tras haber perdido dos posiciones, Coque tuvo un toque con uno de sus rivales y se fue a la gravilla y directo al último puesto.

Acabaría esta prueba undécimo, una posición notable dado su comienzo, pero insuficiente para puntuar en la cuarta y última prueba. La puntuación tras esta prueba encumbraba a Yamanaka al primer puesto de la clasificación, con Braga siguiéndole los pasos bastante de cerca.

El último circuito, La Sarthe, puntuaba doble, por lo que había varios conductores con opciones de levantar el título. Todos los pilotos corrían con el Red Bull X2014, un coche desarrollado por la escudería de F1 en exclusiva para Gran Turismo 6. Coque, duodécimo en la parrilla de salida, se agarraba a un clavo ardiendo y tenía clara la estrategia: ser agresivo desde el primer momento. No fue el único que pensó así, y tras un percance de carrera, en la primera vuelta quedaba relegado a la última posición.

Dado que todos los pilotos estaban obligados a cambiar dos veces de neumáticos, la estrategia de conservación y el momento de parar se convirtieron en puntos clave para decidir la victoria. Con un Yamanaka ligeramente desinflado, el ganador de la final europea, Mikail Hizal, comenzó a perfilarse como serio candidato al título.

El australiano Latkovski y Carrazza también tuvieron serias opciones, pero la desaparición del mapa del japonés por un error inesperado convirtieron en virtual ganador a Igor Fraga, con Coque entrando en meta en novena posición, y séptimo del mundo en la acumulación de puntos definitiva.

El reparto definitivo de puntos dejó como campeón a Fraga (Brasil), seguido de Hizal (Alemania) y terminando con Latkovsk (Australia)i: tres regiones distintas en los tres escalones del podio

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