Ni te imaginas lo bestia que es este juego
Ni te imaginas lo bestia que es este título. / Bethesda

Review Doom Eternal: ojalá llegara a los esports

Brutal, bárbaro, primario… los adjetivos que normalmente sirven para insultar a alguien cobran un nuevo significado en el juego de Bethesda. Un shooter que reinventa una vez más el género tiñéndolo de rojo intravenoso.

Desde Call of Duty a Valorant, casi todos los juegos de disparos aspiran a que el usuario se sienta como una máquina imparable frente a sus enemigos. Armas, habilidades especiales o el uso de la estrategia son las herramientas que normalmente utilizan estos títulos, pero ninguno llega al nivel de poder que sientes con Doom Eternal.

La continuación directa de Doom 2016 llega hoy a las tiendas (digitales, of course) con la difícil tarea de convertirse en el referente de su género. Cuando lo consiguió por primera vez, allá por 1993, la competencia no era tanta; por eso sabe que tiene que ofrecer algo completamente distinto. Y en un sector donde parece que está de moda complicar las mecánicas, lo más inteligente era simplificarlas.

El juego arranca recordándote que en esta serie se lleva la contraria a la tendencia actual de "jugar con cabeza". El enfrentamiento cara a cara y lanzarse como loco al campo de batalla no es una opción: es la única posibilidad de sobrevivir. 

Y al mismo tiempo, la mejor manera de asegurarte que eres un dios de la guerra, por mucho que juegues en pijama, sobre una pantalla de 15 pulgadas y con unos auriculares que te regalaron en un viaje de autobús.

Si mejoras un poco las condiciones y tienes un pepino en hardware, pantallote y un equipo de sonido a la altura, te aseguramos que cuando acaben los días de confinamiento te apuntarás a clases de halterofilia y vas a hacerte un tatuaje del Doom Slayer en el brazo.

Es cuestión de que te guste la marcha, porque en Eternal no hay otra cosa. Han aumentado las habilidades del prota, que ahora puede hacer esquivas o utilizar elementos del escenario para propulsarse. Detalles cosméticos para el más bello baño de sangre que existe en los videojuegos.

El subidón de energía que tiene Doom es contagioso a más no poder. Han cambiado completamente el interfaz para que te pases el mínimo tiempo leyendo y el máximo haciendo papilla a tus enemigos. Las armas son variaciones de las vistas en 2016, pero las ejecuciones (que también existían en el capítulo anterior) se han mejorado. O sea, que son más brutas.

No es solo violencia gratuita, que también. Los creadores de esta entrega se han esforzado en que cada vez que machacas a un enemigo aturdido, la coreografía y las imágenes parezcan orquestadas por Francisco de Goya en su época oscura pero con música de AC/DC. Ponle rock duro a ‘Saturno devorando a sus hijos’ y te haces a la idea de lo chungo y bello que puede ser destruir demonios.

Cada adversario tiene su punto débil
Cada adversario tiene su punto débil / Bethesda

El multijugador, al ser el primer día, es prematuro aventurar si se convertirá en un éxito como seguro lo será la campaña, pero su frenetismo tiene todos los ingredientes para que las partidas sean demenciales. Lástima que sean los mismos que mandaron a Quake Champions al más profundo de los olvidos en territorio competitivo, por mucho que la apuesta fuera igualmente espectacular.

Desde luego se nota en ese apartado que han puesto esfuerzo para contentar a los jugadores con muchas opciones de personalización y un montón de datos que serían muy útiles (daños, porcentaje de aciertos, clasificaciones) si alguna vez quisieran intentarlo en los esports.

Para entrar en circuitos competitivos, a día de hoy, se necesita mucho más que talones y modos, si bien habrá que esperara a la próxima Quakecon para conocer si Bethesda tiene planes para organizar algo.

Aun estando en cuarentena, Doom Eternal te va a saber a poco, y no porque sea corto. Su historia (a veces irrelevante) te llevará decenas de horas en el nivel más fácil, que es curiosamente dificilísimo. Una vez domines las habilidades, te acuerdes de qué arma afecta más a cada enemigo y seas un auténtico titán en Doom, puedes probar los modos ultra-salvajes. Y ahí será cuando pierdas la cabeza.

No hay enemigo sencillo de abatir
No hay enemigo sencillo de abatir / Bethesda

A pesar de todo… ¿por qué nos gusta tanto pasarlo mal? ¿Es que el infierno es el lugar más divertido de los videojuegos ahora mismo? En Doom eso de "todos vamos a morir" no es una frase vacía, sino una certeza. Y tan seguro como eso es que te lo vas a pasar pipa.

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