Después de tantos años viviendo el League of Legends competitivo y casual, jugando con mis amigos una noche al más ínfimo nivel y casteando la mejor liga del mundo al día siguiente, si algo me ha quedado claro es que nada nos vale. Nunca estamos contentos. Siempre nos quejamos.
En mi experiencia personal he sido jugador de medio y, con un apoyo de confianza, de tirador. Viví el 'League of Bruishers' de la temporada 2, y el apogeo posterior de los asesinos. Y siempre he escuchado quejas: "Es brutal que un top laner pueda destrozarte de esa manera"; "es injusto que un asesino directamente te explote"; "¿cómo pueden aguantar tanto los tanques? Los tiradores no tienen nada que hacer"; "¿cómo pueden estar tan fuertes los tiradores? Los demás están vendidos".
El largo etcétera de quejas y ruegos da para llenar una biblioteca entera a día de hoy y, en estos últimos días y tras los recientes cambios, esto se ha hecho más evidente que nunca. Hace poco, concretamente en los dos últimos parches, hemos vivido una revolución en la grieta con algunos de sus personajes. El curioso combo de Taric medio y Maestro Yi jungla es un claro ejemplo de uno de ellos, y las apariciones de Vladimir, Yasuo u Ornn en la calle inferior sustituyendo al tirador, otro.
Muchos fans se llevan las manos a la cabeza ante estos cambios radicales en la forma de jugar, pero... yo estoy viendo algo distinto. Y eso, después de tantos años de competición, es un verdadero soplo de aire fresco.
Entiendo a la otra parte, la del jugador profesional o entrenador al que le toca adaptarse a un juego que de un día para otro se torna distinto y extraño, pero siempre he valorado sobremanera la capacidad de adaptación a nuevos entornos en un profesional y el hecho de volver a saber brillar en el mismo. Al fin y al cabo, esa es su labor. Y así ha sido siempre en muchos deportes tradicionales, aunque estos no cambien tan radicalmente.
Por parte de los fans, aquellos que vemos los partidos tras la pantalla, creo que esto debería ser motivo de alegría, ya que no es sino una manera de acabar con la monotonía de la grieta… pero no paro de escuchar quejas y lamentos. ¿Acaso Riot Games nunca acierta? ¿Siempre, en cada meta, hay algo malo con lo que poner el grito en el cielo?
Yo me mojo sin problemas y expongo que Riot Games lo está haciendo bien, dentro de lo complicado que parece tenernos contentos a los jugadores casuals y a la vez crear un ambiente competitivo sano. No más metas con partidas de 60 o 70 minutos como algo normal. Más acción y diversidad en la grieta.
Y a los que os quejáis tan fuertemente por redes sociales, meta tras meta, os pregunto… ¿qué queréis?