Los retos del franquiciado en Europa
El anuncio de la nueva League of Legends European Championship (LEC), que reemplazará a la LCS y que introduce el sistema de franquicias en Europa, no ha dejado indiferente a nadie, especialmente por lo controvertido de algunas de las organizaciones elegidas por Riot Games.
Aunque, sin duda, la ausencia de organizaciones afincadas en España es algo que ha preocupado mucho; los retos de esta nueva competición son múltiples y tendrán que solventarlos con maestría si quieren que la LEC se asiente correctamente en Europa.
El más importante de ellos sea, probablemente, hacer que los aficionados acepten un sistema de franquicias. Aunque es algo muy habitual al otro lado del charco, los estándares del deporte europeo son muy distintos y se sigue valorando el mérito deportivo.
Precisamente por eso, la ausencia de descensos puede llevar a que la parte baja de la tabla no despierte ninguna clase de interés entre los aficionados, lo que puede suponer un gran problema si caen a esas posiciones algunas organizaciones nuevas o que cuentan con poca representatividad.
Esta poca representatividad nos lleva de vuelta a la elección de las franquicias, ya que sorprende la ausencia de representantes de muchos de los países europeos. Si nos ceñimos a los países donde tienen sus oficinas centrales, nos encontramos con tres equipos alemanes, tres equipos estadounidenses, dos británicos, un francés y un danés.
Entre estas múltiples ausencias, quizás impacta especialmente la de equipos de países como España —con una liga de gran nivel y potentes equipos—, Suecia o Polonia —ambas han nutrido de jugadores a la LCS durante años—. Y será difícil vender a los aficionados de estos países que no hay sitio para sus representantes y sí para organizaciones americanas.
El caso de España, no obstante, es algo particular, ya que dos de las organizaciones sí tienen importantes raíces en nuestro país: G2 Esports y Origen. En el caso de G2 Esports, además, todo apunta a que su academia competirá en España, como desveló su CEO, Carlos 'ocelote' Rodríguez, a Movistar eSports. Origen, en cambio, se ha desplazado totalmente a Dinamarca.
Otra gran incógnita serán las ligas regionales. Este tipo de ligas, por las que Riot Games había apostado durante los últimos años, se quedan ahora en un vacío deportivo al no poder ofrecer a sus equipos una posibilidad real de progresar.
Aunque no se conocen demasiados detalles acerca de qué tienen pensado para ellas, sí parece que los equipos LEC tendrán que inscribir a sus academias en una de ellas. Sin embargo, Riot tendrá que dar, de alguna forma, mayor peso a competiciones como European Masters si quieren que no decaiga el interés en estas.
No se puede dudar de que Riot Games ha intentado hacer lo mejor para la escena europea y aspectos controvertidos como la elección de las franquicias a buen seguro tienen una explicación lógica. No obstante, la poca transparencia en el proceso no ha ayudado a que los aficionados lo acepten.
Si quieren mejorar las audiencias no les queda más remedio que hacer todo lo posible por hacer entender a los aficionados europeos el marcado carácter global de los deportes electrónicos y las bondades de un sistema de franquicias que garantiza una mayor estabilidad para los clubes, pero que es un lastre en un continente en el que la emoción de la lucha por evitar el descenso es un valor añadido.