Mixer y Ninja: de salvación a condena

La historia de Ninja es maravillosa, tanto que daría casi para hacer una película con final abierto. Pasó de ser un completo desconocido a uno de los mayores creadores de contenido del mundo, apareciendo en la SuperBowl, en Time Square en año nuevo... 

Todo esto fue gracias a Fortnite, el juego con el que creció, y al que ayudó a crecer. Obviamente, luego se ha ido diversificando más y probando otras opciones, especialmente tras perder un poco la ilusión por el título de Epic Games que ahora mismo se encuentra de capa caída. 

Todo esto ocurrió bajo el marco de Twitch. De nuevo, ambos trabajaron juntos para crecer mutuamente, en ocasiones dando más uno y en otros momento dando más el otro. Esta relación parecía bastante buena y complicada de romper. 

Sin embargo, llegó Mixer, que se encontraba bastante lejos de las audiencias de Twitch, y se metió en medio de esta bonita relación. Decidieron poner 30 millones de dólares encima de la mesa y llevarse a Ninja a su plataforma de forma exclusiva. 

Este movimiento era cuanto menos arriesgado. Es cierto que te podía salir muy bien siempre y cuando la comunidad de Ninja al completo se cambiase de plataforma. Y al principio la cosa iba por muy buen camino con un par de directos con unos números que superaron las expectativas.

Pero la realidad es que eso no se mantuvo en el tiempo. Es cierto que los números fueron muy buenos para lo que suele ocurrir en la plataforma, pero no terminaba de conectar con el público de la misma manera que lo hacía en Twitch. 

El problema de fichar alguién por esa cantidad de dinero es que si no te termina de funcionar bien es complicado sacar rentabilidad a la inversión. Obviamente, el cierre de Mixer no es culpa de Ninja quién volverá a Twitch y tendrá de nuevo unos números espectaculares. 

Pero es cierto que el fichaje de Ninja fue una maniobra para intentar recuperar la comunidad y crecer para poder competir de verdad con otras plataformas y finalmente no ha sido así.