La emoción de los eventos presenciales
Estamos a las puertas de uno de los eventos de League of Legends en vivo más importantes del mundo: las finales de la LEC en Atenas. Además, entramos en una época del año cargada de eventos presenciales, pues también tenemos el Mundial a la vuelta de la esquina.
Por ello toca hablar de la magia de estos eventos, las pasiones que levantan y cómo los viven sus protagonistas.
En primer lugar, os contaré cómo viven los jugadores profesionales la experiencia de jugar delante de miles de almas ansiosas de espectáculo. A lo largo de este año he tenido la suerte de hablar con muchos jugadores profesionales de la LEC sobre sus experiencias en el pasado, y todos coinciden en un punto: es una experiencia única.
Siempre han remarcado lo diferente que es para ellos jugar desde sus gaming houses y jugar en el escenario de los estudios de Berlín. Según ellos, todo cambia. No juegan igual, no piensan igual y hasta su estilo de juego es distinto.
Ya sea por los nervios, por la importancia del partido en cuestión o por el mero hecho de tener público delante, la dificultad para hacer una buena partida aumenta a niveles inimaginables. Llama la atención que varios jugadores "echen la culpa" de una derrota al hecho de jugar en el escenario. Más de uno me ha dicho alguna vez que durante los entrenamientos ganaron la gran mayoría de sus partidas a un rival que les acababa de vencer en un partido oficial.
Y es que todo cambia en el directo. Aún así, hay que tener en cuenta que los estudios de Berlín tienen capacidad para apenas trescientos espectadores, por lo que es inimaginable la presión que deben sentir cuando les toca jugar en estadios y pabellones llenos de fans.
En resumen, jugar on stage supone estrés, nerviosismo y muchas veces inseguridad. Algunos jugadores confiesan no ser los mismos en directo, y eso les genera la impotencia y frustración que da el pensar "soy mucho mejor de lo que la gente cree que soy".
Está claro que la experiencia en este tipo de situaciones es de vital importancia, y eso se nota. Por poner un ejemplo, cualquiera puede ver el ambiente distendido de los jugadores de G2 Esports cuando están en el plató. Todos ellos están tan acostumbrados a jugar con público, que a veces incluso interactúan con él (por ejemplo, jugando a campeones que algún seguidor les pide por medio de pancartas).
Aún así, por mucha experiencia que uno tenga, cada escenario es un mundo diferente. Todos los jugadores con los que he hablado han coincidido en que jugar en los estudios de la LEC es una sensación que nada tiene que ver con la de jugar unas finales o un mundial en un estadio lleno de espectadores.
Lógicamente la importancia de estos partidos es un factor clave, pero normalmente no se refieren a eso cuando rememoran sus experiencias en eventos de tal magnitud. El lado "negativo" de jugar con público ya lo hemos comentado, pero el lado positivo de estar ante tanta gente es mucho más importante.
Recuerdo hablar con el tirador de Team Vitality, Amadeu "Attila" Carvalho. El portugués me confesaba la tristeza que le causaba haber caído eliminado en playoffs esta temporada de verano. ¿El por qué? Las ganas inmensas que tenía de poder clasificarse para el Mundial y tener la oportunidad de ir a las fases del torneo que se disputarán en Madrid.
Y 'Attila' no es el único. Todos los que han vivido la experiencia de llenar un estadio de gente para verles jugar se olvidan de esa parte negativa y cuentan con emoción contenida lo que es estar en una situación así.
Una de las cosas que más les gusta a los jugadores profesionales es "el ruido". Escuchar miles de gargantas corear su nombre, celebrar sus jugadas, animar el partido... "es increíble", todos coinciden.
Y en ruido nos tenemos que colgar una medalla los fans españoles. Todos los jugadores que han vivido un evento presencial en España tienen claro cuál es su lugar favorito del mundo para competir. Y la verdad, desde el punto de vista de un humilde servidor, no me extraña.
Recuerdo las finales del Spring Split de este mismo año en Rotterdam. El ambiente era muy bueno, hay que decirlo, pero faltaba esa pasión y ese calor que todos conocemos de eventos como las finales de verano del año 2018 en Madrid. Los jugadores también lo notan, y la euforia con la que afrontan sus victorias no es la misma cuando tienes un público ensordecedor.
La conclusión a la que uno llega tras oír tantos testimonios de los profesionales y tras haber estado en varios eventos internacionales es que el espectáculo no solo lo ponen Riot Games y los equipos. Todos formamos parte del espectáculo y en nuestra mano está hacer que todo el mundo recuerde cada experiencia como la mejor.
Además, no solo los jugadores viven los eventos presenciales de manera distinta. También los trabajadores de Riot, comentaristas, entrevistadores, periodistas, presentadores...
He podido conocer también la opinión de caras tan conocidas en el mundo del League of Legends como 'Sjokz', 'Froskurinn' o 'Quickshot' y siempre hemos comentado lo especial que es trabajar en un ambiente con tanto público.
Todos se colocan en la misma postura: trabajar con un estadio lleno de gente es una experiencia brutal, sea donde sea, pero lo que han vivido en eventos como el de Madrid no tiene comparación con nada que hayan visto anteriormente.
Como digo, el público español tiene ese "calor" con el que pocos países pueden contar. Lo acabamos de ver en la recién celebrada final de la Superliga Orange en Tenerife, y estoy seguro de que lo volverá a demostrar en los cuartos y semifinales del Mundial que está por venir.
Los jugadores agradecerán eternamente el comportamiento de su público en partidos importantes. Olvidarán los nervios, la presión y la impotencia que da el enfrentarse a una situación así y lo único que recordarán será la "epicidad" que se le dio al evento.
Veremos qué tal se le da al público griego en las finales de Atenas, y cómo cambia el ambiente entre Berlín, Madrid y París el próximo Mundial.
¡A disfrutar!