Persiguiendo a Nil Ojeda

Nil Ojeda protagonizó sin quererlo uno de los vídeos más surrealistas del año. Su visita a Palencia concluyó saliendo por patas de la ciudad y siendo perseguidos en coche.

El contenido IRL es uno de los más divertidos de ver. Es muy distinto al habitual, el típico creador sentado en su fabuloso setup jugando o hablando con el chat. Por ese motivo se ha popularizado en los últimos tiempos y son cada vez más los streamers que se animan a salir a la calle para retransmitir una vuelta en la ciudad o en un pueblo.

Kidi es todo un fenómeno en ello. Un creador que basa su contenido casi al cien por cien en ello. Hemos visto también a Elmillor, Elisawaves, Pol o Gemita haciendo IRL recientemente. En su último extensible, la valenciana por ejemplo nos llevó a la peluquería para ver su último cambio de look.

Algo tan sencillo no parece que sea nada preocupante. Cualquiera puede salir a la calle en condiciones normales y hacer lo que se le antoje, sin que por ello moleste a los demás, por supuesto. Sin embargo, cuando hablamos de creadores de contenido, si no se maneja bien, puede llegar a desmadrarse. Y mucho.

¿Os imagináis a Ibai o Auronplay haciendo directos por la calle? Es evidente que no todos los streamers pueden andar por la calle tranquilamente con una cámara en la mano. No solo serían rápidamente reconocidos y abordados por sus fans, sino que además están gritando al mundo su localización a tiempo real, lo que provocaría un efecto llamada y una legión de admiradores se presentarían en un abrir y cerrar de ojos en el lugar.

Una locura que Nil Ojeda provocó en Palencia el pasado 29 de agosto. La definición de su directo podría ser: se les fue de las manos. Pero no se puede culpar al streamer de hacer lo que considere con su trabajo. Es verdad que quizá no lo pensó excesivamente bien, pero en ningún caso se le puede señalar como agitador ni mucho menos. Simplemente es la víctima en todo esto.

Su intento de pasar el día conociendo o recorriendo la ciudad castellanoleonesa acabó en una persecución en la carretera. Podría ser un excepcional guion para Fast & Furious, mucho mejor que las últimas 8 o 9 películas de la saga —todas ellas—.

¿Cuidar a la comunidad?

No todos opinan lo mismo, pero un streamer tiene la necesidad, y casi la obligación, de cuidar a su comunidad como un tesoro. Al fin y al cabo son ellos los que con sus donaciones y suscripciones los apoyan —y mucho—. Una de sus tareas es aguantar titánicamente a sus fans. Aunque todo tiene un límite, y ayer se sobrepasó la línea varias veces.

Los seguidores —en su gran mayoría niños— acompañaron a Ojeda en su estancia por Palencia. Se rascaba la nariz, y allí estaban ellos mirando con cara de idiotas. Iba a comer, y no le dejaban ni el espacio vital suficiente para poder respirar. Es verdad, como dice Illojuan en el vídeo que acompaña a este artículo, que ellos no supieron —o no quisieron— pararlos, pero la situación se descontroló.

Mención especial para los dos niños que no se enteraron de que Nil quería comer tranquilo y le atosigaron mientras la hamburguesa bajaba por su tráquea. "Dejadme comer y luego sacamos la foto", expresó Nil con toda la educación. Los niños no dieron ni medio paso hacia atrás: comenzaron a preguntarle chorradas y pedir saludos para sus amigos. La educación de la gran mayoría brillaba por su ausencia.

Pero claro, con padres como estos, quién puede pedir que los niños se porten correctamente. El comportamiento menos ejemplar no fue el de los niños, sino que fueron dos madres y un padre los que se comportaron como auténticos indocumentados y avergonzaron a gran parte de la comunidad. Y de paso a la propia ciudad.

Cuando Nil salió de Palencia —llegó a su coche con la ayuda de otros fans que se ofrecieron a sacarle del restaurante—, y tras varios minutos en la carretera, un coche se colocó en paralelo al suyo y, con las ventanillas bajadas, sus ocupantes pidieron que detuviera el vehículo. Surrealista, increíble y totalmente desagradable la situación.

¿Qué hubiera pasado si en lugar de detener el vehículo a los pocos kilómetros, hubiera acelerado para perderlos de vista? La decisión de Nil nos hubiera parecido lógica después de todo. Y peligrosa. Porque las dos madres que conducían los coches en busca de la foto para sus niños —"pobrecillos", ¡sic!— estoy seguro que habrían tomado la misma decisión.

¿Estamos educando bien a nuestros hijos? En el vídeo que podéis encontrar en la cabecera, Ibai, Illojuan y el propio Nil reflexionan de lo ocurrido. Una de las claves la da Juan: "Eso es malcriar".

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