Echo Fox se convirtió en uno de los clubes protagonistas del segundo trimestre de 2019 a raíz de los incidentes racistas que a punto estuvieron de provocar la salida de Rick Fox, fundador del club, de la organización.
Aunque ese fuego, finalmente, se apagó y el ex de la NBA aseguró que se quedaría para luchar contra el inversor autor de los insultos racistas y las amenazas a su familia, ahora se ha abierto otro frente, que tiene como protagonista a Riot Games, la empresa desarrolladora de la League of Legends y propietaria de la LCS, liga en la que Echo Fox participa.
Ya en su momento, a mediados del mes de mayo, los responsables de la LCS instaron a tomar medidas al club en un plazo de dos meses y asegurarse la desvinculación del inversor en cuestión, que fue identificado en su momento como Amit Raizada.
Ese plazo de 60 días ya se ha complicado y todo apunta a que, por el momento, no se ha completado la desvinculación del inversor. Riot Games, de hecho, parece confirmarlo, ya que ha publicado un tuit en su cuenta de Twitter Lolesports en el que habla acerca de la situación.
"El 15 de mayo la LCS instó a Echo Fox a tomar las medidas correctivas apropiadas antes de 60 días para destituir a las personas cuyas acciones hayan violado los términos y condiciones de la liga. A raíz de nuestras conversaciones con Echo Fox, hemos extendido la fecha límite 7 días más", aseguran.
La situación se dio a conocer el pasado mes de abril, cuando Dexerto adelantó que Rick Fox había enviado una notificación al resto de accionistas informándoles de su intención de vender su participación. El motivo fue una serie de insultos racistas hacia Jace Hall, CEO de Echo Fox, y amenazas hacia la familia del propio Rick Fox.
Posteriormente salieron más detalles a la luz sobre el incidente en cuestión, de nuevo de la mano de Dexerto, que situó a Amit Raizada como el autor de esos insultos y amenazas, todo a raíz de una supuesta intención de Rick Fox de dejar su papel en el club para dedicarse a otros proyectos junto a Jace Hall.